Encuentran sin vida a exdirector de empresas de Báez

Muerte en la ruta del dinero K

Horacio Quiroga, exdirector de dos empresas pertenecientes al testaferro kirchnerista, Lázaro Báez, fue encontrado muerto en el baño de su departamento. El sospechoso final de un personaje que fue clave en el entramado judicial que tiene a la familia Kirchner contra las cuerdas

En lo que pareciera ser una puesta en escena del gran escritor Mario Puzo en su obra maestra sobre el mundo de la mafia “El Padrino”, ayer, el intrincado mundo de la corrupción kirchnerista sumó una muerte por demás sospechosa, que genera más dudas que certezas sobre el andamiaje oscuro del dinero ilegal proveniente de la obra pública.

Horacio Quiroga, quien fuera director de dos firmas pertenecientes al supuesto testaferro de la familia Kirchner, Lázaro Báez, apareció muerto en el baño de su domicilio. Su hijo de solo 10 años de edad, fue quien encontró a su padre ya fallecido en el piso del lavado, y quien dio acceso a la Policía para entrar al departamento.

El empresario tenía un corte de alrededor de 10 centímetros en la frente, que según las primeras pericias realizadas por efectivos policiales, se debería a un golpe que se dio contra el lavatorio en el momento de caer. La investigación del deceso quedó a cargo de la comisaria 17, y fue catalogada como "muerte dudosa". En ese sentido, muchos no tardaron en asociar lo ocurrido con la muerte del fiscal Alberto Nisman, cuyo cuerpo sin vida también apareció en un baño, luego de haber denunciado a Cristina Kirchner por encubrir el atentado a la AMIA.

Sociedad ilegal

“Yo vi contar sobre una mesa 7 millones de dólares que Kirchner le dio a Báez”, había dicho hace poco tiempo atrás Quiroga en una entrevista periodística, donde marcaba con lujo de detalles toda la relación de intimidad a la hora de hacer negocios, que tenían el empresario patagónico y el expresidente.

Desafectado de las empresas Epsur y Mishar, propiedad de Báez, comenzó a contar todo lo que vivió junto al empresario santacruceño. "Las indicaciones y órdenes las recibía Báez directamente de Néstor Kirchner. Una vez el propio Kirchner mandó a la empresa unos 7 millones de dólares que fueron contados arriba de una mesa”, afirmó Quiroga a la hora de explicar el desenvolvimiento del dueño de Austral Construcciones y el expresidente en el accionar ilegal.

El dinero, según el empresario, era para contratar los servicios de una operadora de los pozos petroleros que las empresas necesitaban explotar urgentemente, ya que había un faltante de dinero, lo que lo llevó a decir que “después de la muerte de Néstor, todo el mundo estaba desesperado, las autoridades de la empresa estaban insoportables".

En sus últimas declaraciones, apuntaba directamente hacia Máximo Kirchner, al sostener que el primogénito de la exfamilia presidencial “es el dueño de todo lo que estamos hablando, junto con su madre y su familia. Lázaro es un peón, yo no digo que la fortuna sea de él sino de la familia Kirchner”.

Soporte oscuro

Personaje clave en todo el entramado del dinero ilegítimo en la denominada ruta del dinero K, Quiroga sabía muy bien de lo que hablaba, ya que conocía a todos protagonistas de esta historia a la perfección, y sabía de sus procederes por fuera de la ley para lograr sus objetivos.

Su extraña muerte, que a muchos les hace recordar el triste final que tuvo el exfiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman, no hace más que crear más dudas que certezas a las causas donde se investiga la corrupción kirchnerista.

La poca claridad y el secretismo que rodea a la muerte del exsocio de Báez, con silencios cómplices que dicen más que mil palabras, siembra un panorama de incertidumbre en una causa que tiene a Cristina Kirchner, sus hijos y sus principales socios políticos y comerciales contra las cuerdas en Tribunales.

Si algo le faltaba a una causa judicial repleta de procesos irregulares, es la muerte de un testigo clave en circunstancias oscuras. Los paralelismos entre la realidad y la ficción quedan cada día más cortos, donde el desvío de fondos de la obra pública durante la era K, llevó a que la Argentina quedara en un total estado de indefensión.

En la quiebra

Familiares ligados a Horacio Quiroga, confiaron que el empresario se encontraba pasando una posición económica deficitaria, lo que lo había llevado a sufrir una fuerte depresión.

El hundimiento emocional del empresario se debía a que todavía no había podido hacerse con el millonario juicio laboral que le había ganado a Lázaro Báez una vez que fue echado de las empresas del patagónico.

El pasado 5 de febrero, la Sala VIII de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo había fallado a su favor en un contra una de las petroleras de Báez, a la que demandó por una cifra millonaria tras su despido, indemnización que jamás cobró por los problemas económicos y legales del hoy detenido en el penal de Ezeiza.

Una relación cargada de problemas

Horacio Quiroga fue una de las primeras personas del riñón íntimo del kirchnerismo que salió a denunciar con nombre y apellido la oscura trama de corrupción que rodeaba al expresidente Néstor Kirchner con el empresario Lázaro Báez.

Su testimonio fue clave para entender el rol ocupado por el fallecido exmandatario en la denominada ruta del dinero K, y de cómo se malversaba el dinero destinado a la obra pública yendo para la sombría cueva de la corrupción.

Su palabra contra el poder K, lo llevó a pedir a Cristina Kirchner que dispusiera una seguridad personal sobre su familia, por “desconfiar” lo que podía llegar a pasarle a su mujer e hijos, algo que jamás se llevó adelante, haciendo temer a mucho lo peor tras su extraña muerte.

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