Sin obra pública, la construcción se desploma en todo el país

Empresarios y gremios alertan por el impacto del ajuste nacional en las provincias. Miles de empleos perdidos y un horizonte incierto para el sector.

El parate de casi total de la obra pública desde la llegada de Javier Milei a la presidencia ya genera consecuencias visibles en distintas provincias del país. Salta, Chaco y Tierra del Fuego son apenas algunos de los distritos donde el impacto es profundo. Allí, empresarios de la construcción y referentes sindicales coinciden en que el sector atraviesa una de sus peores crisis y la desocupación escala a niveles históricos.

“Es un desastre todo”, resumió Julio Ramírez, secretario general de la UOCRA en Tierra del Fuego, al describir el panorama en la isla. Según sus estimaciones, el desempleo en el rubro ronda el 80%, una cifra dramática que refleja el freno total de las obras financiadas por Nación. “El municipio hace lo que puede en Río Grande y el Gobierno provincial no puede empezar una obra”, detalló. Sin respuestas del Estado, los trabajadores del sector enfrentan un fuerte desafío económico. “Los compañeros están cortando el pasto, tratando de hacer algo”, agregó.

En Salta, la situación no es distinta. Juan Carlos Segura, presidente de la Cámara Salteña de la Construcción, sostuvo que la actividad permanece estancada por la falta de fondos nacionales. “Con todos los esfuerzos que le pone el Gobierno de la provincia, la actividad no logra repuntar”, lamentó. Aunque algunas viviendas fueron reactivadas por el Instituto Provincial de Vivienda, Segura advirtió que se trata de “pan para hoy y hambre para mañana”.

El ajuste en números

Los números confirman el diagnóstico de los gremios y empresarios: según la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, en los últimos 14 meses se perdieron más de 6.500 empleos en el sector, afectando a unas 300 empresas. “Nos encontramos así desde que asumió el presidente Milei y no veo un futuro promisorio”, sentenció Segura.

Mientras tanto, los indicadores del sector acompañan la tendencia negativa. En mayo, los despachos de cemento cayeron un 8% respecto a abril, según datos de la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland (AFCP). Aunque la comparación interanual muestra apenas una baja del 1%, el panorama es preocupante.

Lo mismo ocurre con la venta de insumos para la construcción. El Índice Construya reveló que en mayo se registró una caída mensual del 12,1%, lo que pone fin a tres meses consecutivos de crecimiento. En términos interanuales, aún se observa una suba del 8,9%, y el acumulado de enero a mayo supera en 10,5% al mismo período del año pasado. Sin embargo, desde el Grupo Construya advirtieron que la recuperación es “muy gradual” y que la volatilidad del mercado sigue siendo alta.

Más allá de los matices que puedan ofrecer los números, lo que predomina es una realidad concreta: la obra pública está paralizada, los trabajadores están desempleados y las provincias no encuentran respaldo. El “orden fiscal” que proclama el Gobierno nacional como prioridad parece llegar con un alto costo social, especialmente en el interior del país.

La decisión paralizar la inversión pública no solo pone en jaque al sector de la construcción, sino que erosiona el tejido económico y social de regiones enteras.

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