Atacaron un jardín de Barrio Norte dos veces en 48 horas

Es el cuarto episodio de inseguridad que sufren en lo que va del año y, además de robar elementos de valor, también causaron destrozos.

Las instituciones educativas de nuestra ciudad siguen siendo uno de los blancos elegidos por los malvivientes para perpetrar ilícitos y ahora le tocó el turno a un establecimiento ubicado en Barrio Norte, donde desconocidos atacaron dos veces en menos de 48 horas. Además de llevarse algunos elementos de valor, también provocaron destrozos en las instalaciones y huyeron sin ser identificados.

Los hechos ocurrieron en el Jardín de Infantes N°934 Merceditas de San Martín, ubicado sobre la avenida 32, entre 6 y 7. Hasta allí se dirigió un número indeterminado de sujetos que, tras forzar uno de los accesos, comenzó a recorrer todas las aulas buscando cualquier objeto que sea de su interés, además de revolver todo lo que encontraron a su paso.

Según trascendió, los ladrones ingresaron al edificio por la parte trasera y se cree que, en ese preciso instante, uno de los implicados se lastimó debido a que quedaron manchas de sangre en una de las salitas. Posteriormente, los hampones se dieron a la fuga llevándose algunas pocas cosas entre sus manos, pero no sin antes despedazar varias aberturas.

Fue durante la mañana de ayer que las autoridades de la institución descubrieron lo que había sucedido en la madrugada. Minutos antes de que ingresaran los niños, al llegar como todas las jornadas para iniciar un nuevo día de clases, divisaron los daños que habían provocado los vándalos, sumando una nueva frustración ante este tipo de sucesos que ya son una constante.

Antecedente inmediato

El lunes pasado, ya se había registrado una situación bajo estas mismas características, cuando individuos se metieron por la fuerza al jardín y luego huyeron con un teléfono celular, un ventilador, un matafuegos, picaportes y cerraduras y hasta los caños de agua del baño. Pero, como si todo esto fuera poco, también rompieron las piletas en las cuales los niños y docentes se lavan las manos.

A esta lamentable realidad hay que sumarle que, durante el mes de marzo, ya habían sufrido otros dos ataques similares, por lo que en lo que va del año fueron cuatro episodios delictivos que, lógicamente, perjudican a toda la comunidad educativa. Más allá de los objetos que fueron sustraídos, los daños repercuten de manera considerable, ya que son gastos altísimos que deberán afrontar en tiempos de crisis.

Por su parte, ante la repetición de este tipo de hechos, los padres que llevan a sus hijos al Jardín tienen pensado llevar a cabo alguna medida de protesta en las próximas horas, con el objetivo de visibilizar la situación y exigir por mayor seguridad en el barrio.

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