Crimen del taxista: ¿la defensa podría argumentar la figura preterintencional?
Esta carátula se emplea cuando la culpabilidad del autor no puede clasificarse como dolo o imprudencia, o sea, que se produce un homicidio preterintencional cuando alguien quiere lesionar a otro y le causa la muerte de forma accidental.
Luego de que se conociera el resultado de la autopsia de Juan Carlos Zitaglia, el taxista que fue asesinado a golpes en Melchor Romero, surgen las primeras hipótesis de la estrategia que podría utilizar la defensa del acusado.
Es que si bien los estudios determinaron que el chofer tenía una fractura de cráneo, también se cree que la misma se habría debido a una caída y no por golpes dados por el detenido. Debido a esto, es probable que la defensa argumente que se trató de homicidio preterintencional.
Esta carátula se emplea cuando la culpabilidad del autor no puede clasificarse como dolo o imprudencia, o sea, que se produce un homicidio preterintencional cuando alguien quiere lesionar a otro y le causa la muerte de forma accidental.
La intención del autor era lesionar, no matar, lo que significaría una pena menor, la cual podría ir de 1 a 6 años de prisión. No obstante, fuentes indicaron que el fiscal va a mantenerse en la postura del homicidio simple, que implica una condena mucho más alta, y que tomaría como agravante el hecho de que el sospechoso se dio a la fuga.
Cabe recordar que todo ocurrió en la noche del miércoles, cuando Zitaglia aceptó subir a un sujeto para llevarlo hasta su casa. Sin embargo, cuando llegaron a 186 y 520, todo se salió de control debido a que el pasajero no tenía todo el dinero para afrontar el traslado.
Se originó una discusión entre las partes y la gresca siguió hasta que el imputado comenzó a pegarle varios golpes de puño, sobre todo en la cara. El damnificado cayó malherido al piso, bajo un gran charco de sangre, y murió pocos minutos después.