“El Monstruo” de Barrio Norte abusó de una segunda víctima

Fue un día después de haber “tirado a la calle” a la primera mujer. También la golpeó, drogó y dejó al borde de la muerte

Fue necesaria una historia tan truculenta como la vivida por la mujer de 45 años secuestrada, golpeada y abusada sexualmente, para que se “destapara la olla” y comenzaran a conocerse otras denuncias que im­plican al mismo hombre, el fisicoculturista de Barrio Norte Néstor Monzón. 

Como si el grado de morbosidad alcanzado no le bastara, “El Monstruo” de Barrio Norte se cobró una nueva víctima, informaron a este diario. Se trata de una mujer a quien también drogó, encerró y maltrató. Lo más cruel, tal vez, es la fecha en la que ocurrió el segundo episodio: apenas un día después del primero.

La nuera de la nueva víctima dialogó con este diario, a condición de que se mantenga en reserva su identidad y la de su suegra, “por miedo”, aseveró. Detalló que la madre de su novio, de 66 años, “estaba desde hacía tres años en una relación con Néstor Monzón, aunque ella intentó romper varias veces. Siempre que lo iba a hacer, él la amenazaba; la perseguía al trabajo y la agredía; la llamaba y no la dejaba en paz: la acosaba constantemente”. 

“Él se hacía el inocente”

La situación pasó a un nivel aún mucho más agresivo el viernes 4 de no­viembre. “Esa noche ella fue a su casa. Como siempre, nos dijo que volvía a la mañana siguiente. Al no aparecer, con mi cuñada nos preocupamos. Fuimos al departamento de Monzón, a las 23.30 del sábado. Escuchamos ruidos y golpeamos la puerta. Nos abrió con el torso desnudo, descalzo, con el pantalón mal abrochado y sin nada abajo”, dijo. 

Agregó que “miramos a su habitación y vimos a mi suegra tirada en la cama, desnuda y drogada. Le gritábamos, pero estaba desmayada. Cuando fuimos a buscarla para rescatarla, él se abalanzó sobre ella diciendo que la estaba cuidando”. Aseguró que el fisicoculturista “nos quiso pegar a mi cuñada y a mí, y nos echó de la casa. Llamamos al 911 desde la puerta, pero tardaron 40 minutos en llegar. En todo ese tiempo no sabíamos lo que él le podía estar haciendo”. Antes de que acudiera la Policía, el individuo sacó a la mu­jer, ya vestida. “Apenas se podía parar; se caía. Cuando vio al pa­tru­llero, se hacía el inocente, diciendo que ella estaba así por una medicación que toma”, agregó. 

La víctima fue trasladada en un remís al Hospital Español y de allí al Rossi, donde constataron golpes en el rostro y la mano. “Estuvo cuatro días sin reaccionar de la cantidad de drogas que le dio; nos dijeron que si no la rescatábamos, podría haber muerto”, finalizó. 

“La drogó con cerveza”

Por lo que refirió la nuera de la víctima, a su suegra “la drogó primero con cerveza y después con mate”. La bebida alcohólica se la dio en un bar la madrugada del sá­bado. “Él intercambió los vasos en una prueba de amor”, agregó. En ese lugar, ella volvió a decirle que lo dejaría, pero el individuo “se puso violento y le juraba que sin ella no podía vivir”, dijo. 

Cuando regresaron al PH de 36 entre 13 y 14, él preparó mates que no tomó: solo cebó. “Poco después, a ella se le empezó a nublar la vista y se dormía. En ese mo­mento, él le dijo a mí no me podés dejar, hice algo malo, pero entonces mi suegra se desvaneció y no se acuerda de nada más”, comen-tó la nuera, quien supone que ese “algo malo” se vincula con lo que Monzón había estado haciendo hasta el día anterior con la primera víctima, a quien retuvo desde el 31 de octubre al 3 de noviembre. “Mi suegra no se enteró de lo que estaba pasando con la otra mujer porque ella, en esa semana, se fue a visitar a su hijo a Dolores y no fue a la casa de Monzón, ni siquiera hablaron”, agregó. Actualmente, de hecho, la damnificada se encuentra en esa localidad.

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