En Los Hornos, una familia ya perdió la cuenta de los robos
La última semana sufrieron dos asaltos en 48 horas y piden ayuda a las autoridades, ya que al momento no hay detenidos. En el barrio, continúa la inseguridad.
El hartazgo por la ola de delitos que azota la región se hace evidente entre los vecinos de Los Hornos. La incertidumbre y el miedo han ganado terreno, y muchos aseguran que vivir en el barrio se ha convertido en una verdadera “ruleta rusa”, donde cualquier día puede tocarles ser víctimas de un hecho delictivo. La situación de inseguridad no discrimina zonas, horarios ni personas, y el estado de alerta en la comunidad es cada vez mayor.
En la última semana, frentistas de la localidad platense manifestaron su indignación tras una serie de robos ocurridos con escasos días de diferencia. Una familia sufrió dos entraderas, ambas registradas en cámaras de seguridad. Las imágenes muestran que los implicados son menores de edad, un factor que profundiza aún más el malestar de los vecinos, quienes expresan su frustración: “Entran y salen, y por más que haya pruebas, no pasa nada”.
El primer robo ocurrió en calle 59 bis entre 145 y 146. Cuatro sujetos ingresaron de madrugada forzando el portón de la cochera y se dirigieron al patio, donde sustrajeron dos bicicletas, una escalera y una carretilla. A pesar de la rápida denuncia al 911, los delincuentes lograron escapar antes de la llegada de la Policía.
Sin embargo, el viernes por la noche, la misma familia volvió a ser blanco de los ladrones. En esta ocasión, dos menores de edad se dirigieron a la vivienda cerca de la medianoche y, utilizando el mismo modus operandi, lograron ingresar. Por fortuna, los perros que se encontraban en el patio los asustaron y obligaron a huir. A pesar del intento fallido, la sensación de vulnerabilidad persiste. “En cualquier momento pueden volver”, señalan los vecinos con preocupación.
Ante este panorama, la comunidad exige respuestas. Muchos afirman que la Policía no puede hacer nada frente a este tipo de hechos, lo que refuerza la sensación de desprotección. Mientras tanto, Los Hornos sigue sumido en la incertidumbre, con residentes que intentan resguardarse como pueden, sin una solución concreta a la vista.