La abuela que sufrió un “cuento del tío” en su casa de Barrio Norte contó los detalles del robo
Fue engañada por al menos dos hombres, que simularon ser operarios de ABSA. Entraron a su domicilio y fingieron revisar las canillas del baño. Le quitaron $50.000.
La anciana de 85 años que sufrió un robo en su casa de Barrio Norte, luego de haber sido engañada por dos delincuentes que simularon ser operarios, contó los detalles del lamentable suceso que todavía no tiene personas detenidas.
Tal como este multimedio informó en su edición anterior, Lucy se encontraba a las 9.45 del martes barriendo las hojas en la puerta de su vivienda de 2 y 35.
Entonces, la abordó un hombre, quien le aseguró pertenecer a la empresa ABSA y le comentó que iba a haber un corte de agua. Toda la escena quedó registrada en la cámara de seguridad de un vecino de la cuadra y en la que se ve, incluso, al hampón aganchándose para levantar de la vereda una tapa de agua, como parte de la artimaña.
“Me dijo que era de ABSA y que estaba controlando todas las tapitas. Yo barría la vereda, le pregunté por qué estaba haciendo eso y me dijo que iba a haber un corte del suministro de 11 a 12”, contó la damnificada.
Bajo el engaño de ser operario, el malviviente logró ganar la confianza de la abuela y la convenció para ingresar a la propiedad. Una vez allí, la llevó hasta el baño, donde la retuvo durante 10 minutos. En ese lapso, al menos otro cómplice entró a la finca y se apoderó de los $50.000 que la víctima tenía. Con el botín asegurado, los implicados se dieron a la fuga y hasta el cierre de esta edición continuaban prófugos, pese a que está todo registrado. De acuerdo a la filmación, el incidente duró 17 minutos, en los cuales Lucy nunca se dio cuenta qué pasaba.
Pago del alquiler
“Yo vi a uno solo, que fue el que entró conmigo y que fue hasta la canilla para ver si salía agua. Estaba vestido normal, no parecía ladrón. Pero el vecino que filmó todo dijo que eran tres”, añadió la mujer, quien refirió que los cacos no la golpearon y también relató que “no podría reconocerlos” porque nunca pensó que iban a robarle.
“Es mi primer robo y espero que sea el último. Había venido mi inquilino a pagar el alquiler y puse la plata en la cómoda, sin siquiera haberla contado”, finalizó.