Le otorgaron la prisión domiciliaria al cura Sidders

La medida aún no está firme pero la morigeración de prisión le fue otorgada.

A dos semanas de ser detenido por “abuso sexual agravado y reiterado en concurso real con corrupción de menores” a una niña cuando esta asistía al colegio San Vicente de Paúl de La Plata, entre 2004 y 2008, el sacerdote Raúl Sidders solicitó prisión domiciliaria la cual le fue otorgada. La medida fue acompañada por el fiscal de la causa, Álvaro Garganta.

La medida aún no quedó firme y el beneficio le podría ser revocado en cualquier momento.

Según el escrito presentado por el abogado del cura en el Juzgado de Garantías n°6, a cargo de Agustín Crispo, el sacerdote pidió continuar con el arresto en su casa porque se encuentra “estresado y requiere ingerir vitamina B12”. Manifestó que desea hacerse chequeos que, hasta ahora, no realizó por no disponer la Triple Frontera de “centros médicos de excelencia”.

“Su solicitud y la presión del Arzobispado de La Plata que viene maniobrando intensamente sobre la causa se produce horas después de que el acusado involucrara en su declaración al Obispo Emérito, Héctor Aguer, y al sacerdote Bernardo Conte Grand, denunciado públicamente en 2014 por padres y madres del colegio San Juan Bautista por conductas inapropiadas con menores de edad”, comentó la abogada de la denunciante, Pía Garralda, quien se opuso al requerimiento del acusado.

La letrada agregó: “Nuestro planteo se basó en que Sidders tiene tan solo 59 años, y que las cuestiones de salud que imprecisamente invocó son atendibles en cualquier cárcel , recordando el pedido de prohibición de salida del país solicitado por nuestra parte, ya que no se justificó tanto desde el la Iglesia Católica ni desde el Ministerio de Seguridad cuál era la función eclesiástica o pública que (el religioso) cumplía en la Triple Frontera, donde tuvo y tiene los recursos para fugarse y frustrar el proceso”.

Otra resolución

El juez también debe resolver el pedido de prisión preventiva, realizado por el fiscal la semana pasada. En el escrito, Garganta sostuvo que los abusos a los cuales era sometida Rocío “le provocaron un grave daño en la salud mental. Asimismo, durante igual pe­ríodo y en las habituales ocasiones en que le recibía el sacramento de la confesión, la corrompió mediante explicaciones sobre cómo masturbarse y mantener relaciones sexuales con acceso carnal con su novio”.

“La cárcel es la única garantía de que no se entorpezca la investigación que pesa sobre Sidders, y que se eviten los riesgos procesales que ya se configuraron en la causa. Él emigró a la Triple Frontera cuando supo que iba a ser requerido por la Justicia, y volvió a hacerlo tras conocer el pedido de detención”, explicó Garralda.

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