Los comerciantes de Los Hornos, blancos fáciles de la inseguridad

En pocas horas, desvalijaron un polirrubro y encañonaron a un panadero. Las víctimas abrieron sus negocios hace menos de tres meses, para paliar la crisis.

En cuestión de horas, dos comerciantes de Los Hornos vivieron en carne propia la brutal inseguridad que azota a esa zona de La Plata, sin que los agentes de la fuerza que puedan hacer nada para solucionarlo.

En uno de los casos, actuaron a plena luz del día dos motochorros, uno de los cuales encañonó a la víctima. En el otro, los malhechores llevaron su cometido durante la madrugada, y además de apoderarse de diferentes objetos de valor, generaron destrozos. Para mayor indignación, ambos locales fueron abiertos durante la pandemia, ante la crisis económica que afecta a todo el país.

Un panadero, llamado Carlos, estaba en su negocio de 139 entre 63 y 64, comenzando la jornada. Eran las 9.30 y entonces vio desde el interior la llegada de dos hombres a bordo de una moto, que se estacionó en la vereda. Uno se quedó en ella, pero el otro enfiló hacia la puerta.

“Cuando lo vi me di cuenta lo que iba a pasar y traté de irme para un costado, pero ya era tarde”, le contó a Trama Urbana. “Me mostró el arma y me dijo Dame la plata, perdiste. Entonces le abrí la caja registradora”, amplió, a la vez que detalló que abrió la panadería hace apenas tres meses.

“Le dije que se llevara lo que había y le entregué todo lo que tenía, también un dinero que había en el fondo. Unos $15.000 que eran para pagar impuestos. Después agarró mi billetera, mi celular y se fue. Todo duró menos de tres minutos y por suerte no había clientes. Estábamos solo nosotros”, culminó.

Escruche

Horas antes, ya durante la madrugada de ayer, otro comerciante amaneció con la triste noticia que también lo habían desvalijado. En su caso, sujetos desconocidos rompieron el candado de su polirrubro de 66 entre 161 y 162, destrozaron luego un vidrio y accedieron.
Ya adentro, se adueñaron de cigarrillos, bebidas alcohólicas y todo lo que consideraron de interés, pero no se contentaron con el robo en sí, sino que también se dedicaron a vandalizar el lugar, rompiendo botellas contra el piso y generando otros daños.

“Vivo a dos cuadras de acá y cuando llegué para abrir vi que la puerta estaba abierta. Pusimos el kiosco hace dos meses, para que puedan trabajar mi señora y mi hija, que son quienes lo atienden”, dijo la víctima.

Compungido, detalló: “Pusimos una ventanita para que la gente no ingrese y tener así más seguridad, pero roban igual. Hay una cámara enfrente, además”. Por último, afirmó: “No te dejan progresar. Uno quiere empezar algo nuevo, se rompe el lomo y pasan estas cosas”.

Pese a que radicó la denuncia en la comisaría Tercera, con jurisdicción en la zona, los hampones continúan libres.

 

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