Los elementos clave en la escena del crimen que encontraron los pesquisas de la masacre de Villa Crespo

Laura Leguizamón mató a toda su familia y luego se quitó la vida.

La Policía Científica encontró distintos elementos clave en el departamento del barrio porteño de Villa Crespo donde fueron asesinados Adrián Seltzer y sus dos hijos por Laura Leguizamón, la mujer de 51 años que luego se quitó la vida.

Según informaron fuentes del caso, entre los elementos recolectados se hallaron medicamentos psiquiátricos, una notebook, varios celulares, cuchillos, una hoja A4 con manchas de sangre y rastros hemáticos en distintos sectores de la vivienda ubicada en la calle Aguirre al 200.

Uno de los fármacos encontrados fue sertralina Rospaw 50 mg, un antidepresivo que se utiliza habitualmente para tratar trastornos de ansiedad, depresión y prevenir recaídas en episodios severos. Su mecanismo de acción consiste en inhibir selectivamente la recaptación de serotonina, un neurotransmisor clave en el sistema nervioso central.

También se secuestró olanzapina Midax 10 mg, un antipsicótico recetado en tratamientos contra la esquizofrenia, el trastorno bipolar y cuadros depresivos graves. Ambos medicamentos sugieren un tratamiento activo de Leguizamón por un cuadro psiquiátrico severo, presuntamente un brote psicótico con características de esquizofrenia.

Las pruebas fueron remitidas a peritajes complementarios, mientras se avanza en la reconstrucción de los hechos que derivaron en la masacre familiar que conmociona a la comunidad de Villa Crespo.

En medio de la conmoción por la masacre, resurgió una inquietante publicación en sus redes sociales que suma un nuevo elemento a la investigación.

Según trascendió, en el año 2015, Leguizamón publicó en su cuenta de Facebook una foto en la que aparece leyendo el libro Crímenes en familia, de la periodista Cynthia Ottaviano. En la descripción del posteo escribió: “Ivo se porta horrible... jua”, en referencia a uno de sus hijos, quien fue una de las víctimas.

El libro retrata siete casos reales de asesinatos ocurridos en el seno de familias argentinas, donde los asesinos y las víctimas tienen vínculos de parentesco directo: padres, hijos, hermanos, nietos o sobrinos.

La obra también aborda cómo personas aparentemente “normales” pueden convertirse en homicidas, y cómo, en lugar de venganza, en estos crímenes suele haber un profundo componente de castigo o desesperación.

Noticias Relacionadas