Salía a robar con domiciliaria y no respondía los llamados del SPB

El líder de la banda que azotaba a La Plata y cayó tras una brutal entradera en Ringuelet nunca debió haber salido de prisión, según un informe penitenciario.

La Justicia platense se encuentra nuevamente en el ojo de la tormenta tras la bestial entradera que sufrió una vecina de Ringuelet, ya que uno de los delincuentes es un reconocido hampón local, con numerosos antecedentes y que de hecho estaba (in)cumpliendo con un arresto domiciliario.

Marcelo Arévalo (39), especialista en entraderas y en generar temor en la sociedad de La Plata sin recibir su castigo, había sido insólitamente beneficiado con la domiciliaria, pese al tenor de sus delitos.

Un reciente informe del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) que llegó a la sede del organismo de 8 y 56 advirtió una serie de aparentes irregularidades que hizo conocer al Tribunal que tiene la causa, y recomendó que se le revoque todo beneficio excarcelatorio. Detallaron que hubo cinco presuntas salidas de su domicilio sin autorización y hasta dos cortes o aperturas de la tobillera electrónica.

Además, entre el 22 de septiembre y 26 de agosto hubo 256 llamadas a la casa de Arévalo, que no respondió. Ante eso, los penitenciarios fueron a su propiedad para controlar el funcionamiento del equipo de rastreo, y el mismo presentaba daños.

“Por la actitud asumida por el detenido, la dirección de Monitoreo Electrónico se ve imposibilitada de realizar un correcto contralor en la supervisión del arresto domiciliario oportunamente otorgado, en virtud de que el mismo no se ajusta a las pautas de conducta que deben tener los internos dentro de este sistema”, dijeron desde el SPB.

Modus operandi

Tanto Arévalo como uno de sus cómplices también arrestado (Pablo Monteros, de 39 años) se negaron a declarar tras caer nuevamente presos, luego de perpetrar un salvaje robo en la finca de una jubilada de Ringuelet, a la que accedieron tras derribar el portón con un auto.

Las autoridades de la fuerza señalaron que ambos, junto a la banda que conforman y en la que hay menores, se dedican a perpetrar entraderas muy violentas, con vehículos que emplean para romper puertas o portones. Se valen de armas largas y cortas aptas para el disparo, amedrentan y someten a sus víctimas con amenazas y golpes y buscan dólares, joyas de oro y artefactos de valor. La Justicia los responsabiliza por al menos ocho atracos perpetrados entre el 8 de julio y este lunes.

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