san fernando

Un loro, clave para la resolución de un femicidio

Un policía lo escuchó repetir: “¡Ay, por favor soltame, ay, no!”. Los peritos creen que fue el ruego final de la víctima, violada y estrangulada por dos individuos.

Acusados de violar y asesinar a la mujer con la que convivían en 2018 en el partido bonaerense de San Fernando, dos hombres serán juzgados hoy. El femicidio tuvo como particularidad que uno de los imputados quedó incriminado por una mordida en el brazo de la víctima, y que un loro fue hallado en la escena del crimen repitiendo lo que se cree fue el último ruego de la damnificada: “¡Ay, por favor soltame!”.

Los acusados del debate, que culminará el miércoles y será ante el TOC 6 de San Isidro, serán Miguel “Mambo” Rolón (53) y Jorge Álvarez (65), juzgados por “abuso sexual agravado y homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género (femicidio)”, delitos que prevén prisión perpetua.

A Elizabeth Toledo (46) la mataron en la madrugada del 30 de diciembre de 2018 en una vivienda del barrio Presidente Perón, en Virreyes, y su cuerpo fue hallado en la habitación de madera tipo altillo que alquilaba. Estaba desnuda, tirada boca arriba sobre uno de los colchones que había en el piso, en medio de un gran desorden y con visibles golpes en el rostro.

Los forenses encontraron en su antebrazo derecho marcas de mordeduras, que terminaron siendo claves para esclarecer el hecho.

Desde el inicio de la investigación, los tres sujetos que convivían con la mujer, que padecía retraso madurativo, fueron sospechosos y dos de ellos son los que irán a juicio. El restante fue absuelto al tener coartada, ya que había sido echado de la casa dos semanas antes, justamente por golpear a Toledo.

Huellas dentales

A partir de las lesiones del antebrazo, se le encomendó a la División Odontología Legal de la Superintendencia de Policía Científica de La Plata que cotejen la impronta de la mordida que dejó el asesino con la mordedura de cada uno de los implicados.

Los peritos hicieron con moldes una copia exacta de la dentadura de cada uno de ellos y al comparar la mordida de los tres con las marcas en la víctima, llegaron a la conclusión de que coincidían en tres puntos con “el canino, primer premolar y segundo premolar” de la arcada inferior izquierda de Rolón.

Además, fue él quien llamó al 911 para reportar el crimen y antes siquiera que llegara el médico a la escena del hecho hizo una seña dando a entender que Elizabeth había sido estrangulada, cuando aún nadie lo sabía.

Otro punto a destacar y que está en el requerimiento de elevación a juicio es que un efectivo policial que custodiaba la escena a la espera de los peritos escuchó gritos desde el interior y, al revisar, descubrió un loro en una jaula que decía: “¡Ay, por favor soltame, ay, no!”. Esa frase los investigadores creen que pudo ser lo último que dijo la víctima antes de ser asesinada.

En cuanto a Jorge Álvarez, lo compromete una pericia de ADN que indicó que había perfil genético suyo en el cuerpo de la damnificada.

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