El precio de otra mala decisión

Estudiantes preservó a varias de sus figuras y lo terminó pagando muy caro: quedó eliminado con All Boys y se volvió a La Plata con las manos vacías y un plantel lleno de jugadores para un solo campeonato. 

El equipo de Pellegrino careció de una identidad propia y sintió mucho las ausencias de Verón y Zapata al momento de intentar ganar el partido y quedarse con la clasificación

En el fútbol, como en los negocios, el que no arriesga no gana. Y Estudiantes no arriesgó. Más aún, lejos de hacerlo, se guardó a sus principales figuras sin motivos explícitos. 

Sobró al rival, seguro de poder superarlo con las jóvenes promesas. Pero terminó pagando el precio a semejante aventura con la eliminación. 

¿Por qué no jugaron de entrada Desábato, Aguirregaray o el propio Luna quien venía de ser una de las figuras del equipo en el último partido? ¿Acaso este jugador (como el uruguayo) no se sumó al club en el contexto del armado de un plantel para afrontar dos campeonatos? 

Todas las respuestas se diluyen en la nebulosa de un panorama incierto que cambió radicalmente en 90 minutos por decisiones equivocadas. 

Desde el primer minuto, Estudiantes mostró la misma cara que lo había caracterizado en el torneo de invierno cuando cayó sin atenuantes ante San Lorenzo y Boca. Precisamente en esos partidos tampoco habían estado Verón ni Zapata y el equipo los había sentido demasiado. 

Sin un patrón de juego definido y lejos de adueñarse de la pelota, el equipo albirrojo se mostró combativo en toda la cancha, pero carente de ideas para generar peligro. 

Guido Carrillo, en la primera situación clara que se le presentó, agigantó las distancias entre su juego y el del colombiano Zapata, definiendo a a la tribuna a escasos quince metros del arco. 

Apenas algunas insinuaciones de Carlos Auzqui y Joaquín Correa, a las que se le sumó una sola aparición de Mariano González por la derecha, le permitieron al Pincha ilusionarse con cambiar el panorama. Sin embargo en la parte final All Boys no dejó escapar las oportunidades que se le presentaron y sacó rédito de las equivocaciones de los jóvenes albirrojos. Tanto es así que Colaso se sacó muy fácilmente de encima a Shunke y Jara tras un centro desde la izquierda y aprovechó las ventajas que dio Rulli para definir en el primer palo. 

Tras el gol, Estudiantes no reaccionó ni siquiera con los ingresos del Patito Rodríguez y Franco Jara. Muy por el contrario, salió perdiendo en la lucha de la tenencia con el mediocampo del conjunto de Falcioni y se terminó diluyendo en su propia desesperación. 

La imagen del final, con Román Martínez entregando la cinta de capitán a Jara (y éste en incierto rumbo a Vergini), resume el presente gris al que Estudiantes decidió meterse: sin Verón y sin Zapata el equipo cambia radicalmente y al menos ayer pagó muy caro las consecuencias.

A uno ya no lo tiene más. Al otro, le prende velas para tenerlo más partidos y a partir de su presencia ganar la identidad que ayer no apareció. 

¿Qué está pasando con la preparación física?

Una vez más, tal cual viene ocurriendo en los últimos partidos, Estudiantes baja sensiblemente su rendimiento en la parte final de los partidos. 

Esta situación se puso de manifiesto ayer, cuando el equipo estuvo en desventaja y no mostró reacción para revertir el resultado del partido con la generación de jugadas peligrosas. 

En el medio de la pretemporada, cuando se lo consultó al profesor Gabriel Macaya sobre la falta de trabajos de preparación en la parte física, el hijo del reconocido periodista recibió las consultas como una ofensa. No obstante en la práctica, el equipo ha jugado cuatro partidos oficiales en la temporada (dos por Copa Argentina y otros dos por el torneo Inicial) se ha mostrado una merma en la parte física. 

El preparador físico de Estudiantes, incluso, sometió a los jugadores a llamativas pruebas con tecnología europea, que constituían la aplicación de un GPS para calcular las distancias recorridas en los partidos. A la luz de los hechos, estos métodos no están aportando el resultado esperado. 

A todo esto, el insalubre silencio al que suele apegarse el doctor Hugo Montenegro le da lugar a las especulaciones con respecto al estado físico de algunos jugadores, que como ocurrió en la jornada de ayer, resultan piezas elementales en el funcionamiento del equipo. 

¿Por qué no jugó Desábato, Luna o Aguirregaray desde el primer minuto del partido? ¿Estará Verón para el choque del lunes ante Lanús? ¿En qué condiciones llegó Franco Jara? 

En las respuestas a estas preguntas pueden hallarse algunos de los motivos de la eliminación. 

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