Argentina y su “palazo” deportivo a Brasil

Tras el escándalo entre la Policía local y los simpatizantes argentinos, la Selección derrotó 1 a 0 a Brasil por las sexta fecha de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial de 2026.

Por Daniel “Profe” Córdoba

El partido entre Argentina y Brasil, por las Eliminatorias Sudamerianas, tuvo un arranque escandaloso. La Policía local reprimió con brutalidad (otra vez) a los hinchas argentinos, lo que provocó la intervención de los jugadores de la Albiceleste y su posterior retiro del campo de juego hasta que se normalizara la situación.

Conmebol única responsable de los incidentes prejuego. Mis compañeros del diario le contarán dichos hechos. Sin embargo, en el campo, los jugadores argentinos le dieron un “palazo” deportivo a Brasil en su casa. En el arranque argentina se fue del campo y volvió. Inició un partido muy tenso. Muy trabado. Brasil a pura falta (más de tres amarillas). Quiso hacer lo mismo que Uruguay. Guapear, cortar como sea, aunque, obvio con más talento que los celestes. Argentina emperrada en salir jugando desde su arco favorecía la presión alta de los locales; aunque éstos se excedían en faltas. Brasil nunca quiso jugar como marca su historia. No tocó ni dribleó y sí metió y fauleó. Con Messi sin plenitud física por una contractura en aductor derecho argentina intentó jugar tocando. Pocas veces lo logró. Allison ni debió transpirar. Solo hubo un perdido remate de MacAllister. Brasil tuvo tres: un córner que cabeceó Marquinhios, un tiro libre de Rafinha y un remate de Martineli que sacó el Cuti al córner. ¿Fue más Brasil? Solo en situaciones. En juego fue parejo, fue brusco del lado brasileño. Poco dominio argentino, casi nada, sí con intención por jugar.

En el complemento Brasil lo tuvo con Rafinha y tapó el Dibu en el primer palo. Por jugar sin un cinco bien cinco se escapó Jesús y lo erró Martinelli, salvando nuestro arquerazo en gran pada ante una mala definición. No pudo el local seguir con la presión. A veces los nuestros la superaban. Seguía siendo parejo. Argentina jugó 30 minutos del primer tiempo y 30 minutos de segundo con uno menos.

Messi estaba en campo por ser Messi pero no podía. Y la primer buena jugada de ataque argentino se termina en un córner. Lo Celso ejecuta con su guante-pie izquierdo y tocando a Diego en el cielo, Otamendi salta a lo Cristiano Ronaldo y la clava como un puñal-golazo en el cuore de los brazuqueiros. De allí en más sí apareció el campeón mundial.

Ya con 10 jugadores en Brasil con Wellinton expulsado, los argentinos presionaron sobre las bandas. Se cerraron por el medio. Tuvieron algo la pelota y con 20 minutos justificaron dos cosas: porqué son campeones mundiales , y porqué no debe apartarse jamás de 4-4-1-1. Ahora los golpes de la Policía de allá se los meten…

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