Fútbol y petrodólares: el desembarco árabe en uno de los deportes más populares
Marcelo Gallardo comandará al Riyadh Season, un equipo hecho por jugadores del Al-Hilal y el Al-Nassr para enfrentar al PSG. Hace días, Cristiano Ronaldo arribó a la liga saudí. Claves para entender este fenómeno
Las petromonarquías del Golfo se han convertido en los últimos años en el corazón de la geopolítica del deporte, sobre todo del fútbol. Catar y Arabia Saudita comenzaron con la celebración de grandes eventos (Mundial y Supercopa de España) y dieron un gran salto cualitativo con la compra de equipos enteros (París Saint-Germain y Newcastle). El 20 de enero se disputará la Supercopa Argentina en Abu Dabi entre Boca y Racing. Un día antes, se llevará a cabo un tradicional evento que contará con la presencia de Marcelo Gallardo.
El Muñeco se calzará el buzo nuevamente desde su salida de River para comandar al Riyadh Season, un equipo conformado por jugadores del Al-Hilal y Al-Nassr (donde desembarcó hace horas Cristiano Ronaldo), para enfrentar al PSG de Lionel Messi. Detrás de esta iniciativa se encuentran los millones de los jeques árabes y un interés de Arabia Saudita por pisar fuerte en el fútbol mundial.
El Riyadh Season es un tradicional evento de entretenimiento y deportes que se organiza desde 2019 y es uno de los más grandes del mundo. Se desarrolla en Ryad, la capital del país, y forma parte de una celebración mucho mayor conocida como Saudi Seasons, que organiza festivales por distintas regiones del país con el objetivo principal de fomentar el turismo.
El deporte que nació en los muros de las universidades británicas y que luego fue adoptado por los obreros hoy, paradójicamente, es uno de los eslabones más sólidos del poder político y económico. En realidad, el futbol tiene un largo historial de perversiones, desde Mussolini hasta la dictadura Argentina, pero nunca antes se había distanciado tanto del grupo social que lo democratizó y le confirió el estatus de fenómeno global: las clases populares.
El programa Catar 2030
En Catar, otro país que basa su economía a partir de la explotación el petróleo, buscó mostrar las bondades de su nación con la organización del último Mundial de Fútbol y la posible organización de futuros Juegos Olímpicos. De allí que se sustenta el programa de nación Catar 2030, que contempla llegar a ese año con un país que pueda tener cerca de 5 millones de habitantes (hoy tiene un poco más de la mitad de ese número) y que sea un ejemplo en cuanto a infraestructuras y nivel de vida en todo el mundo. Por ello han contratado a figuras como Xavi en su momento o más atrás en el tiempo al exdelantero goleador de la Selección Argentina Gabriel Batistuta, entre otros.
El deporte, nuevamente como nexo conector entre la imagen y la difusión que se le pretende dar a una nación, basado en la popularidad de los jugadores y el atractivo de las competencias.
Los casos del pádel y el golf a diferencia del fútbol
Ahora bien, no todo es fútbol y en la última temporada dieron un paso más tratando de comprar deportes enteros. Los dos países (Catar y Arabia Saudita) revolucionaron el mundo del pádel y el golf profesional creando circuitos paralelos bañados en dinero.
La estrategia consiste en atraer a los jugadores profesionales con enormes ofertas económicas. Los dos circuitos arrancaron a fines del 2022, generando divisiones en la comunidad, denuncias cruzadas, sanciones y tensiones entre jugadores que mantienen en el aire el futuro de ambas disciplinas.
Qatar Sports Investments está presidido por Nasser al Khelaifi, el mismo que preside el París Saint-Germain, es miembro del comité ejecutivo de la UEFA, preside la Federación de Tenis de Catar y ahora quiere hacerse con el control del pádel. Además, Al Khelaifi es presidente también de beIN Media Group, el canal catarí que se ha gastado miles de millones en derechos televisivos de la UEFA y otros socios.
Todas estas iniciativas se encolumnan detrás de una intención de estado que tiene como fin difundir la cultura del país e introducirse en el mundo occidental. No solo los saudíes, sino que ese camino comenzaron antes los jeques de otros países árabes, donde también se destacan los Emiratos Árabes Unidos.