Por Daniel “Profe” Córdoba

Hubiese sido imperdonable si le empataba este Central impresentable

Estudiantes logró quedarse con tres puntos de oro en el Gigante de Arroyito ante Rosario Central. No obstante, sufrió sobre el final y deberá mejorar si quiere aspirar a más.

Rosario Central llegaba a este partido con 15 puntos, y Estudiantes con 16. Los dos muy parejos.

Los dos arrancaron jugando fuera de la zona de clasificación, pero muy cerca. Algo increíble por cómo “juegan”. En el primer tramo del primer tiempo, los dos jugaron muy mal.

Solo un centro de Marinelli y casi gol por anticipo de Marco Ruben. Estudiantes esperó de la mitad para atrás. Y todo le costó mucho. Todo “feísimo”.

Apenas una pelota filtrada de Sánchez Miño para dejar mano a mano a Cauteruccio con el arquero, pero el delantero otra vez erra. Entre dos equipos muy limitados, el partido fue tanto individual como colectivamente muy malo.



En el medio del partido me pregunté: ¿qué equipo juega bien dos o tres partidos seguidos en este torneo? Ninguno...

En el segundo tiempo arrancó mejor Rosario Central. Pero a los 8 minutos, por única vez, Sánchez Miño se entendió y coordinó con Pasquini, de allí salió un centro y Cauteruccio la empujó al gol.

A pesar de estar arriba en el marcador, algunos jugadores del equipo de La Plata se mostraban inseguros, ¡como con miedo!
Con el correr de los minutos se fue expulsado Villagra en Central por doble amarilla y Estudiantes volvió a quedar con un jugador más en el campo.

A partir de entonces, el Pincha pudo justificar el 1 a 0, pero increíblemente casi se lo empatan con dos situaciones que se le presentaron a Marco Ruben, otra a Vecchio y otra de Laso.

Hubiese sido imperdonable, ya que Estudiantes jugó con uno más ante un Rosario Central impresentable.

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