La gente explotó de bronca, antes, durante y después…
En las inmediaciones del estadio, se arrojaron varios panfletos con la leyenda “El Lobo va a crecer cuando Camilleri y Cowen dejen de robar”.
En la previa al partido con Rosario Central, la Aprevide había advertido sobre posibles focos de conflicto en las inmediaciones de la cancha de Gimnasia y no se equivocó.
Muy lejos de esconder la realidad, tal como se sigue intentando hacer en algunos sectores de La Plata con lo que está pasando en Gimnasia, el Ministerio de Seguridad confirmó las sospechas: minutos después de las 14, varias personas escucharon cerca de 20 motociclistas merodear las calles adyacentes en las dos tribunas populares que tiene el estadio Juan Carmelo Zerillo y se escucharon detonaciones. Algunos endilgaron a los caños de escape de los rodados, pero otros directamente las vincularon a disparos de armas de fuego.
Lo cierto es que un grupo de la barra que ya se encontraba dentro del estadio con “los trapos” salió a correr a los agresores hasta las cercanías de la avenida Iraola y hubo corridas y gritos.
Los agresores, además, habían arrojado varios panfletos con la leyenda “El Lobo va a crecer cuando Camilleri y Cowen dejen de robar”.
Durante el partido, que tuvo que adelantarse dos horas al horario que se había programado por temor a que los dirigentes no puedan salir ilesos de la cancha, los fanáticos se expresaron genuinamente y no escondieron el malestar ante la situación del equipo. Y sobre el final explotaron de bronca, hubo peleas y empujones en un sector de la platea y hasta personas que salieron a caza de directivos en los jardines del estadio.
Desde el Ministerio de Seguridad y la Aprevide tomaron nota de todo lo que pasó en la previa y no se descarta evaluar sanciones para futuras presentaciones del equipo en el Bosque.
La interna de la barra se inició hace algunos meses, cuando en un video que se hizo viral, Cristian Camilleri (el Volador) tuvo que salir a aclarar que no había diferencias entre sus laderos, tras conocerse una disputa entre un sujeto al que conocen como “Gareca” y otro que se hace llamar “el Negro Junior” donde se batieron a duelo y se llegaron a intercambiar disparos por una deuda en la transferencia de una moto que se habían vendido entre ellos.