Por Daniel “Profe” Córdoba

París celebró el partido de 1996 con la tapa de El Clásico

"Claudio Martín París fue un jugador tremendamente útil al equipo en el ascenso de 1995. Él le permitió a Verón volar por toda la cancha ".

El 18 de agosto de 1996, plagado de tensiones y sensaciones encontradas, el Rulo París (uno de los jugadores más profesionales y disciplinados que he tenido) puso el 1 a 0 a favor de Estudiantes en un clásico en el que había mucho pero mucho en juego.

París jugaba por la banda derecha y sabíamos todos que era un número cinco tirado por afuera. Pero a falta de otros jugadores, siempre cumplió esa función por toda la banda. No creo que haya que acordarse solamente de ese gol. También hay que acordarse de la asistencia a Martín Mazzuco para un gol que le hicimos a Vélez en la cancha de ellos, u otra asistencia a Martín Palermo para que haga un gol en la cancha de Boca. Ambas asistencia de banda a banda: Claudio le pegaba muy bien con el empeine a la pelota.

Claudio Martín París fue un jugador tremendamente útil al equipo en el ascenso de 1995. Él le permitió a Verón volar por toda la cancha como tantas veces yo les insistí a Russo y Manera que lo hagan jugar.

Era tan inteligente para jugar que se ubicaba bien en toda la cancha. Por su inteligencia se acomodó a jugar de carrilero por la derecha, aunque originalmente siempre fue 5. Ese gol a Gimnasia fue un premio justo por haber sido tan profesional, serio y confiable, a pesar de que estaba cumpliendo una función que él, yo y todos sabíamos que le costaba mucho esfuerzo. Bien vale el recuerdo de aquel premio para él, aquel 18 de agosto de 1996, en la última fecha del campeonato, cuando Estudiantes le impidió a Gimnasia salir campeón en Primera.

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