Un adiós que une a todos: el fútbol despidió a Miguel Ángel Russo
Miguel Ángel Russo, leyenda de Boca Juniors y símbolo eterno de Estudiantes de La Plata, fue despedido este jueves en un emotivo velatorio en La Bombonera. Miles de hinchas, excompañeros, dirigentes y figuras del fútbol se acercaron a brindarle el último adiós a un hombre que trascendió camisetas y dejó una huella imborrable en el deporte argentino.
La Bombonera fue escenario de una de las jornadas más conmovedoras de los últimos tiempos. Allí, en el Hall Central de Brandsen 805, Miguel Ángel Russo —entrenador, símbolo y figura de varias generaciones— fue despedido por miles de hinchas y personalidades del fútbol. Desde las 11.30 de la mañana y hasta las 22, una fila interminable de personas desfiló en silencio, con respeto, emoción y lágrimas, para decirle adiós a un hombre que marcó una era dentro y fuera de la cancha.
Antes de que se abrieran las puertas al público, jugadores y cuerpo técnico de Boca participaron de una ceremonia íntima, en un clima cargado de emoción. Miguel falleció el miércoles a los 69 años, en su hogar, rodeado de familiares y seres queridos, luego de una larga lucha contra el cáncer. Su despedida fue masiva, como su legado.
Pero si hay un lugar donde su figura se agiganta, ese es Estudiantes de La Plata. Russo no fue solamente un exjugador del Pincha: fue parte viva de su historia. Surgido de las Inferiores, jugó toda su carrera profesional con la camiseta albirroja entre 1975 y 1988. Fue campeón del Metropolitano ’82 y del Nacional ’83, jugó 435 partidos, dejó huella en la Selección Argentina y llevó los valores del club a cada rincón donde trabajó como entrenador.
La noticia de su partida golpeó fuerte en La Plata. Este jueves, antes del entrenamiento en el Country Club de City Bell, el plantel profesional, encabezado por Eduardo Domínguez, realizó un minuto de silencio en su memoria. Las imágenes recorrieron las redes sociales: jugadores, cuerpo técnico y empleados del club unidos en homenaje a una figura que siempre será parte de Estudiantes.
Juan Sebastián Verón, presidente del club, expresó con claridad lo que significa Russo: “Miguel salió de las Inferiores, es un hombre de la casa. Nadie puede hablar mal de lo que significó y significa para Estudiantes. Siempre llevó nuestros valores a todos lados”. Y agregó: “Nació acá, siguió ligado al club más allá de estar en otros lugares y siempre se reconoció en el club. Dejó una huella imborrable”.
El adiós a Miguel Ángel Russo trasciende clubes, generaciones y fronteras. Su nombre quedó grabado no solo en la historia de Boca y Estudiantes, sino en el corazón de todo el fútbol argentino. Un hombre que luchó, que ganó, que enseñó y que, sobre todo, representó con humildad y pasión lo mejor de este deporte.
El fútbol despide a uno de los suyos. Miguel se fue en silencio, pero su legado quedará gritando fuerte en cada cancha.
