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¡Un campañón…!

Estudiantes le ganó 3 a 1 a Argentinos Juniors en La Paternal y concluyó la Liga Profesional con un balance sumamente positivo. A menos de una semana del cumpleaños del club, el desafío será mantener al equipo que logró reencontrarse en su mejor versión en los últimos partidos.

Con 45 puntos, el doble de partidos ganados en comparación a los perdidos y con 35 goles a favor en 27 partidos, Estudiantes cerró ayer una gran campaña en la Liga Profesional del Fútbol al vencer 3 a 2 a Argentinos Juniors en La Paternal.

El equipo de Eduardo Domínguez ratificó el camino que había encontrado en los últimos partidos y bajó la persiana en el torneo local con una sonrisa y en condición de visitante.

Después de haber dejado atrás una meseta deportiva, el equipo encausó sus objetivos en la parte final del certamen y escaló hasta la quinta posición en pleno desarrollo de la última fecha del certamen.

En el contexto de un primer tiempo cambiente, friccionado y al mismo tiempo muy intenso, Estudiantes se puso arriba en el marcador con un cabezazo de Luciano Lollo antes de los 30 minutos.

El equipo de Domínguez dependía mucho de lo que podía generar Benjamín Rollheiser de tres cuartos de cancha hacia adelante y esto obligó a los defensores de Argentinos a no descuidarse.

El Bichito tomó las riendas del partido en los primeros minutos, logró una mayor posesión de la pelota durante todo el primer tiempo y hasta tuvo un tiro en el travesaño que descolocó la defensa y al propio Mariano Andújar, que poco pudo hacer ante el remate.

Estudiantes, que de a ratos jugó al contragolpe, pudo imponerse con el juego aéreo y otra definición de cabeza de Lollo para irse al descanso con un premio al esfuerzo y a la lucha, más que al juego demostrado en el campo.

En la parte final Argentinos salió a quemar las naves: complicó por derecha y por izquierda, pero en el mejor momento de fútbol del Bichito en el partido, el Pincha cerró el encuentro con otra contra letal: Mauro Méndez recibió una asistencia rasante en la zona del punto del penal, paró la pelota, eludió al arquero y empujó la bola al fondo de la red.

Cuando todavía no se había jugado un cuarto del segundo tiempo, el equipo de Milito seguía aturdido e impotente, lo cual agrandó a los jugadores del Pincha. Fue entonces cuando Rollheiser le puso un sello distintivo a su producción personal en el campeonato y no desaprovechó una desatención del arquero para definir con mucha facilidad, pero también con calidad de sobrepique.

Amprado en su amor propio, los chicos de Argentinos empujaron en los últimos minutos, pero ni siquiera un descuento de penal de Montiel le alcanzó al Bichito para revertir el resultado.

De esta manera, el Pincha llega envalentonado al partido de ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana ante Goiás y el principal desafío para el corto plazo es poder mantener la base del plantel y principalmente evitar que el número 10 se tiente con ofertas de otros clubes.

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