Una pena máxima

Tras empatar en el tiempo reglamentario, Boca fue eliminado por el Corinthians a través de los penales.

El dolor no tiene fin. El sueño se transformó en una obsesión y las obsesiones nunca son buenas. Otra vez el anhelo de Boca Juniors de la Copa Libertadores se quedó trunco. Y de nuevo en los octavos de final.

El Xeneize perdió 6-5 por penales ante Corinthians y quedó eliminado tempranamente del certamen continental. Luego de dos 0-0 en San Pablo y en la Bombonera, la serie se resolvió en los remates desde los 12 pasos. Allí Cássio contuvo dos ejecuciones, incluyendo el decisivo a Ramírez, para darle el pasaje a su equipo y vencer en el duelo a Agustín Rossi, otro especialista, que también contuvo dos tiros pero no le alcanzó.

En el comienzo del partido los dirigidos por Sebastián Battaglia salieron a hacerse dueños del desarrollo, presionando arriba para recuperar alto, con un Varela muy metido, y adueñándose de la posesión ante un rival que procuró mantener a sus jugadores detrás de la línea del balón y asfixiando a partir de mitad de cancha. Con las dos posturas marcadas, las llegadas no tardaron en aflorar para el dueño de casa.

A los 5 minutos, Fabra probó la resistencia de los guantes de Cássio. A los 18, Zeballos envió un centro perfecto para el ingreso de Benedetto, quien intentó impactar de aire el balón y terminó enviándolo a las nubes. Hasta que llegó la jugada del penal.

Raul Gustavo saltó a cabecear una pelota dividida con Pol Fernández y se impuso, pero le bajó el codo en el rostro, al punto de que lo hizo sangrar. El árbitro Matonte no lo advirtió, pero el VAR llamó a revisar. Era penal y tarjeta roja, pero el uruguayo marcó el lanzamiento desde los 12 pasos, aunque solo sancionó con amarilla. Benedetto se hizo cargo del tiro, pero sacudió el palo izquierdo, cuando el guardameta se lanzó para el otro lado.

En el complemento, la tónica siguió igual. Los brasileños replegados y Boca protagonista con la pelota pero sin claridad. Así hasta que el árbitro uruguayo pitó el final y envió la serie a la definición desde el punto penal. Allí, Corinthians fue más certero y dejó una frustración grande para Boca, que chocó durante los 90 minutos contra un firme rival. No pasó del 0-0 y en los penales cayó 6-5.

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