Entrevista exclusiva

Ariel Rotter: “Es el retrato de un genio loco”

La anticipada producción muestra un costado poco visto de Carlos Salvador Bilardo, su intimidad y la recuperación, a partir de entrevistas hechas con un gran profesionalismo.

Bilardo, el doctor del fútbol, es la esperada serie de HBO Max sobre uno de los más grandes técnicos del fútbol mundial. Con producción ejecutiva de Federico D’Elia y Alejandro Turner, la dirección, precisa, clave, de Ariel Rotter (La luz incidente), le da una impronta nostálgica y bella al relato. Diario Hoy habló con Rotter en exclusiva para saber más detalles de esta atrapante propuesta.

—Acostumbrado a trabajar como director y productor en un cine mucho más intimista, ¿cuál fue el principal desafío de estar al frente de esta producción tan grande?

—Al frente no, realmente esto es un enorme trabajo de equipo, porque la dimensión que intentamos cubrir y la dimensión del material que había que procesar lo convirtió en un trabajo sumamente trasversal. Sin embargo, personalmente, el desafío enorme era tratar de narrar a un personaje que en mi infancia era el archienemigo, yo era fanático de Independiente, por lo que mi rival era Estudiantes de La Plata, y el que estaba detrás de ese equipo todo el tiempo era Bilardo. Con el tiempo yo lo aprendí a querer porque él irrumpe con el paradigma de lo que es ser un ganador en una época donde el paradigma era distinto.

Yo hago producciones, como bien decís, intimistas, y lo veo como una virtud y una limitación, si se quiere, pero a mí me atrapó mucho este costado intimista, y por momentos hubo idas y venidas por demás para retratar a la persona detrás de estos logros, algo que además empezaba a surgir en las entrevistas que era el “me olvidé de vivir”, de esta gente que vivieron el fútbol con tanta pasión que los llevó a estar alejados de su gente, y compartían ausencias en los viajes, lo que se perdían.

De hecho, hay un relato conmovedor de Oscar Ruggeri, que cuenta que le llevaron un video de los primeros pasos de su hija y Bilardo se acerca y lo trata de convencer sobre lo que tenía que hacer al otro día, y él sufriéndolo, es la historia de gente que dejó de lado una parte trascendente de su vida en pos de la demanda absoluta laboral que les provocaba Carlos. Una cosa interminable de un nivel de gran detalle de estar en todo.

Para mí había algo conmovedor en esa contradicción y esa tensión de querer estar en todos lados, de querer ser solvente en todas las áreas y a la vez teniendo la lupa de un país mirándolo diciéndole que tenía que ganar y golear. Él trata de convencer a todos y de decirles que está bien que no lo entiendan, pero lo logra, con un compromiso por la camiseta de Argentina como nadie lo había hecho hasta el momento, y los jugadores cuentan esto con lágrimas en los ojos de cómo llevaba esto adelante desde el ejemplo. Es realmente conmovedor, y hay momentos que los vi seis mil veces y lloro, hay momentos hermosos. Si sos futbolero, lo disfrutás, en todas sus aristas, y si no lo sos, también, porque es el retrato de un genio loco.

Dos novedades imperdibles

Esta semana son varias las novedades que renuevan la cartelera, pero hay dos propuestas en particular que se destacan. Una de ellas es Belfast, nostálgico relato de tintes autobiográficos de Kenneth Branagh en el que los recuerdos sobre las disputas en Irlanda, que exigieron el exilio de miles de habitantes, es la excusa para hablar de una época en la que estaba todo por descubrir. Pese al contexto trágico, la inocencia de un niño se mantenía inquebrantable. Con una puesta en escena única y una banda sonora contagiosa, a pesar del drama que narra, es una de las grandes candidatas a los premios Óscar.

El otro gran estreno es El hombre que vendió su piel, producción de origen tunecino en la que un hombre, acorralado por la Justicia, encuentra la solución, rápida, a sus problemas. Pero cuando se ve envuelto en un siniestro mecanismo de sujeción, oscuro, tremendo, en el que se convierte en una mercancía cultural más, el relato comienza a hablar de los tiempos que corren con audacia y originalidad. Kaouther Ben Hania se inspiró en la obra del belga Wim Delvoye.

Noticias Relacionadas