Entrevista Exclusiva
Carlos Ponce y Plutarco Haza tras los pasos de Luis Miguel
En la despedida de una de las series más populares de la actualidad, los intérpretes tendrán la tarea de encarnar a quienes lograron ayudar al cantante a recuperarse tras ser arrestado.
Carlos Ponce y Plutarco Haza son los encargados de encarnar a Miguel, uno de los mejores amigos del Rey Sol, y a Garduño, respectivamente, en la serie de Luis Miguel que volvió por última vez a Netflix. En esta temporada final veremos al cantante mexicano en el momento de editar su disco Nada es imposible, al enamorarse de Mariah Carey. También, el relato se traslada luego a cuando terminó en la cárcel, plagado de deudas. Diario Hoy dialogó con Haza y Ponce a horas del estreno, cuyos personajes ayudan a la recuperación financiera del personaje protagónico.
—¿Qué presión se siente al interpretar o recrear a alguien contemporáneo?
—Carlos Ponce: Yo creo que la presión mayor la tiene el protagonista, Diego, nosotros tenemos personajes basados en figuras públicas o en algunos casos no tan conocidas. Pero en el caso de Diego, honestamente yo te digo que es una de las biografías o caracterizaciones más maravillosas que he visto, no importa el idioma, yo, como fan de él, como actor, lo pongo allá arriba con algunas figuras que han hecho biografías importantes en películas americanas.
—Plutarco Haza: Es interesante como actor, este personaje es un híbrido de muchos abogados, entonces no me tocó ahora esta responsabilidad, pero en Selena me tocó hacer de un fiscal muy conocido, el que metió en la cárcel a su asesina. Sí, primero tienes mucha presión por ser verídico con lo que estás haciendo y el personaje real, pero en un punto te tienes que olvidar, de hecho lo hago yo como público, porque estás interpretando a un personaje nuevo, como en el caso de Diego, que hace de Luis Miguel, que viene del Luis Miguel real, pero basado en una pluma y con una dirección. Entonces tienes que olvidarte para llegar a este ser humano, porque si no, si lo haces con mucho respeto por el personaje, lo haces por arriba porque no quieres que se vayan a enojar con lo que estás haciendo.
Por eso tienes que olvidarte y decir: “Esta es mi interpretación, esta es mi versión de los hechos, más allá de todo”. E incluso si Luis Miguel viene y dice: “Eso no pasó así”, incluso uno puede decir: “Este es mi Luis Miguel o mi personaje”.
—¿Juzgan a los personajes?
—CP: Yo creo que sí, un poco, de nuevo, es una interpretación y uno trata de hacer lo mejor posible, basándote en el guion, tomando decisiones, sin conocer bien a la persona, tratando de ver el tono. Uno puede tomarse así algunas licencias y tomar riesgos esperando que al televidente le guste.
—PH: Yo todo lo contrario, me vuelvo el abogado defensor de mis personajes, no que quiera cambiar el texto y el público juzgará si está bien o mal. Me doy cuenta de que todos los seres humanos siempre somos los protagonistas de nuestra vida, nunca somos los villanos, aunque seas Hitler, incluso Hitler pensó que no era el villano, aunque lo interpretes tienes que pensar que eres el protagonista de eso. A mí, que me ha tocado en mi carrera hacer de muchos antagonistas y villanos, siempre trato de todo lo contrario y en escena pienso que los malos son todos los demás. Yo soy el abogado defensor de mi personaje y creo que de esa manera llegas a un punto mucho más real, porque el ser humano es así, aun teniendo la culpa de algo siempre decimos que es el otro el que la tiene. Al darte cuenta de eso, uno como actor tiene que siempre defender a su personaje y el director, el escritor y el público ubicarán al personaje en donde crean según sea el caso.
—¿Cómo están viviendo este momento de tanto trabajo con las plataformas y en donde se cruzan talentos de muchas regiones? ¿Hay diferencias?
—CP: Siento que hay una integración muy interesante, antes tenías que llegar, por ejemplo a México, y tomabas cierto personaje, lo mexicanizabas un poco para que no chocara el personaje con el acento caribeño que tengo yo, por ejemplo. La globalización permite que una serie de España quiera tener a un argentino o una cubana en las series atravesando físicamente países para hacer trabajos que te sacan de los lugares en donde te ubican en tu propio país, ofreciéndote la oportunidad de hacer muchas otras cosas más que sólo melodrama o comedia. Me alegra mucho y estoy muy agradecido con el método de trabajo del streaming.
—PH: Tiene un lado difícil y un lado maravilloso, el difícil es que ahora compites contra todos, antes para ganarte el personaje estabas entre los mismos cinco actores mexicanos con los que te topabas.
Ahora compites con compañeros de otros países, por lo que te da más mérito ganarte el personaje. Lo maravilloso es que te da la posibilidad de trabajar en muchos proyectos con compañeros de muchos países, con diferentes temáticas, pero también es más competitivo, no estás ya en México, sino en habla hispana, o angloparlante. Estamos en una gran época, pero tienes que estar cien veces más preparado que antes.
—En Luis Miguel los mánagers son la clave del formato, ¿qué relación tenés con el tuyo?
—CP: Siempre he sido mi propio mánager, mi hermano menor es al que traje cuando empecé con la música y fue por 20 años mi mánager, ahora tengo una compañía donde mi socio y yo representamos a otros artistas. Mi personaje era amigo de Luis, pero no lo manejó.
—¿Qué canción de Luis Miguel ha marcado tu vida?
—PH: Me he dado cuenta, sin haber sido el principal fanático de él, sí en mi casa mis hermanas, yo decía que era más oscuro y escuchaba otro tipo de música, pero al ver la primera temporada entendí que ha estado presente en mi vida. No me puedes dejar así, por ejemplo, ha sido la banda sonora de mis primeros rompimientos, hay algo que en ella me resuena.
—CP: Tantas décadas de éxitos tiene que haber una canción de él que estuvo presente en tu vida.
—PH: Se vuelve un soundtrack de tu vida.