entrevista exclusiva
Daniel Fanego: “Una película es para el cine, no hay vuelta de hoja”
En una nueva colaboración con el director argentino Pablo Agüero, el multifacético artista protagoniza esta coproducción con España. La potente historia fue presentada en San Sebastián y reivindica la fuerza femenina frente a todos los desafíos.
Uno de los intérpretes más talentosos de la escena local es sin dudas Daniel Fanego, quien acaba de estrenar, tanto en salas como en Cinear y Netflix, Akelarre, de Pablo Agüero. La película reflexiona, desde el pasado, sobre el trato a las mujeres.
Diario Hoy dialogó en exclusiva con el actor, quien nos cuenta sobre su trabajo, el momento de la industria audiovisual local y mucho más.
—¿ Qué sensaciones tenés de poder finalmente estrenar en salas Akelarre?
—Se corrió mucho para poder estrenarla en salas en este año tan rato. Había una exigencia de estrenarla en sala antes o paralelamente a que llegue a la plataforma. Contento porque una película es para el cine, no hay vuelta de hoja; no es lo mismo ver una película en la pantalla de un televisor, en casa, interrumpiendo y todas esas cosas que sentarte en una sala oscura y poder disfrutar de la película.
—¿Cómo fue el reencuentro con Pablo?
—Esta es la tercera película que hacemos juntos, yo había visto su corto Primera nieve, maravilloso. Me llamó para Salamandra, luego para Eva no duerme, para hacer el papel de Aramburu; una película con unas escenas preciosas, que me dio mucha alegría verla, y la cantidad de premios y nominaciones que tuvo. Y ahora llegó Akelarre, donde encarno un personaje en el siglo de oro.
—Y que además se resignifica en tiempos de empoderamiento femenino y conquistas de género...
—Sí, yo creo que habla de la historia de la humanidad. Y una de las cosas que trata de hacer Pablo es que en medio de toda la oscuridad de estos inquisidores, que llegan al país vasco, se encuentran con esta luminosidad de estas chicas; algo que resuena aun hoy en medio de esta revolución femenina que es importante para la humanidad. Es un hecho concreto la revolución femenina.
—¿Qué podés contarnos sobre el rodaje de Akelarre?
—Fue muy particular lo que pasó, porque primero Pablo me había llamado para hacer de Pierre de Lancre y encontramos que era peligroso. Porque mi voz española no es tan precisa y concreta y esa dificultad podía de alguna manera afectar a la actuación. Luego me dijo que lo iba a hacer Alex y me ofrece al secretario; y un poco lo escribe para mí y se convierte al calor del rodaje, porque era muy pequeño el personaje. Me interesaba volver a trabajar con Pablo, en ese momento y con la necesidad de hablar en otro idioma.
—¿Cómo fue el trabajo con los compañeros y particularmente con las actrices?
—Fueron largas jornadas durante dos meses, arduas, porque llueve mucho en el país vasco y los planes se cambian. Pablo es muy meticuloso, de repetir las escenas hasta que queden como quiere y yo compartí mucho tiempo con Alex. La pasamos muy bien y lo disfrutamos mucho. Con las chicas solo tuve más contacto con Amaia, una actriz muy interesante.
—Vos participaste de Pasión, una de las primeras superproducciones.
—Una coproducción argentino francesa española, dirigida por María Herminia Avellaneda. Acá la produjo Eduardo Reina, con ReiTel, en España creo que Antena 3, y en Francia, TeleFrance.
—Fue precursora del momento del boom de las series.
—Esa experiencia no era muy parecida a lo de ahora, son formatos distintos. Las producciones tenían caras visibles, estaban en el set, podías hablar con ellos y las plataformas son más impersonales, sin una identidad, diseminadas por el mundo. La gran mayoría son americanas, cada una tiene su sesgo e identidad y se trabaja de una forma distinta. Tienen un despliegue cinematográfico. Pude participar en varias: El jardín de bronce, Atrapa a un ladrón, y una breve participación en El reino.
—En Epitafios…
—Sí, con caras visibles, en El reino lo mismo, porque está detrás K&S.
—¿Qué te gustaría que pase con la película?
—Yo le tengo mucho cariño porque habla de cosas que nos toca e interesa. Pone la cámara en estas chicas reivindicando la alegría y vitalidad de estas mujeres. Tengo expectativas con eso, con la construcción de un personaje que habla otro idioma. Aun no la vi y poder estrenar hoy en Argentina, donde tenemos un cine paupérrimo es una alegría.
—¿Cómo sigue el año de trabajo?
—Está pendiente de estreno Inmortal, y Fernando Spiner quiere estrenarla en salas, aún no tenemos fecha ni coordenada precisa. Para el año hay proyectos, pero hay que ver cómo se dará la evolución de la pandemia. De todos modos estamos en un momento en el que las plataformas despliegan proyectos interesantes.