ENTREVISTA EXCLUSIVA
Dr. Terry Dubrow: “Para mí, Botched era una terrible idea”
La impactante serie llega a su fin con varios casos complicados que demostrarán la pericia y el profesionalismo, pero también el compromiso y la honestidad, de estos doctores.
Son varios los realities que a lo largo de los años se valieron de las cirugías estéticas para impulsar sus proyectos, pero hay uno, que por sus características, es distinto a todos y ese es Botched, que acaba de estrenar episodios, de su última temporada en E! Entertainment. En la propuesta, que se ve todos los lunes, los doctores Terry Dubrow y Paul Nassif enfrentarán una vez más el desafío de intentar solucionar más cirugías plásticas y problemas de salud desconcertantes. Para saber detalles de la séptima y última temporada, diario Hoy dialogó en exclusiva con Dubrow.
Nacido y criado en Los Ángeles, el Dr. Terry Dubrow obtuvo títulos en ciencias médicas de la Universidad de Yale en 1980 y de la Facultad de Medicina de la UCLA en 1986. Hizo la residencia en cirugía general y se convirtió en jefe de residentes de cirugía en el Centro Médico Harbor-UCLA, en Los Ángeles. Completó una beca plástica y reconstructiva en el Centro Médico de la UCLA. Entró en la práctica privada en 1993. Es autor de más de 30 artículos publicados en revistas revisadas por pares y ha dado numerosas conferencias a grupos profesionales en cirugía. Miembro del Colegio Estadounidense de Cirujanos, está certificado por la Junta Estadounidense de Cirugía Plástica y también es un experto certificado por la Junta Médica de California, trabajando extensamente desde 2000 como experto en negligencia médica. Es el autor de The acne cure y escribe extensamente sobre salud y bienestar.
El Dr. Dubrow se ha exhibido ampliamente en varias producciones televisivas importantes. Como cirujano en The Swan, realizó y ayudó a coordinar extensas transformaciones de los concursantes. En Bridalplasty de E!, fue el cirujano que transformaba a las novias, así como el productor médico del programa. Desde 2013, ha sido una de las estrellas de Botched, sobre la cual hablamos con él.
—¿Cuándo supiste que querías dedicarte a la medicina y particularmente a la cirugía de estas características?
—En realidad primero fui a la Escuela de Medicina y pensé que iba a ser un cirujano cardíaco, porque todos me decían que tenía la personalidad de un cirujano, y entonces pensaba para mí mismo que la cirugía de corazón era la más difícil e interesante para hacer. Al tiempo conocí la cirugía plástica, de la mano de un profesor de segundo año que era cirujano plástico, y al hacer una presentación sobre qué podía hacer esta cirugía, y cómo podía ayudar a la gente, resolviendo problema de accidentes, quemaduras, secuelas de cáncer, problemas de deformaciones congénitas, e incluso traumas, es entonces que me interesé por esta rama de la medicina.
—¿Cómo surge la idea del programa y cómo llegás a Botched?
—Con Paul ejercíamos juntos, nos volvimos por coincidencia muy hábiles en reconstrucciones estéticas, y estábamos en realities similares, Real housewives, por nuestras mujeres, y él se acercó a los productores de estos shows y les hizo la propuesta de hacer un reality sobre arreglar cirugías, un lado diferente, y me llamó y me lo contó. Para mí era una terrible idea, porque poner en televisión este tipo de cirugías con la alta probabilidad de falla me daba miedo, pero lo hicimos. A todos les encantó, y logramos además desarrollar, haciendo el programa, más habilidades para solucionar problemas derivados de la mala praxis.
—Entonces ¿dudaste mucho si hacerlo?
—Totalmente, lo llamé a Paul y le dije, a él y a los productores, sobre el alto riesgo que había en las cirugías, y cómo afrontaríamos todo si no lográbamos esos cambios, con un ratio muy bajo de éxito. Pero lo logamos, bajamos los riesgos de las complicaciones y potenciamos nuestras habilidades para ayudar con principios a los pacientes.
Las fortalezas y debilidades de un show majestuoso
—¿Recordás algún caso muy complicado?
—En esta temporada tenemos un caso muy particular: una doctora, neuróloga, que otro médico le había inyectado cosas en su rostro, no sabíamos qué, y tenía directamente un agujero en su cara. Vino con ese gran hoyo, no podía practicar más medicina, no sabíamos qué tenía allí y mucho menos cómo hacerla lucir de la mejor manera. Esta temporada, también, tenemos a una mujer a la que le removieron un tumor del tamaño de un bebé de su pie, y se lo reconstruyeron con material de su propia espalda, y volvió a crecer, entonces ella tiene un pie normal con este enorme tumor, sin poder correr, caminar, o usar zapatos, al intervenirla corrés el riesgo de reducir el flujo sanguíneo, y todo puede morir, entonces son casos muy terroríficos, con riesgos muy altos, y eso se puede ver en esta temporada.
—¿Cómo cambió el show tu vida?
—Es muy raro ser un médico y tener gente que te conozca y quiera ser tu paciente, y de hecho voy a otros países, como turista y me reconocen, y es raro esto siendo un doctor, y más al ser reconocido por este tipo de cirugías que hacemos con Paul. Todos creen que somos infalibles, pero esto no es así, por lo que debemos alertar sobre la posibilidad que en las cirugías, como todas, puede haber complicaciones y salir mal, por lo que hay que ser muy cuidadosos.
—¿En algún momento tienen pensado hacer algunos especiales de Botched en la Argentina?
—Sabemos que están muy interesados, en general, en Latinoamérica, en las cirugías plásticas, que aman el show, y claro que si se acercan a nosotros con algún problema para solucionar, los atenderemos.