El bienestar de Benjamín Vicuña

El actor superó su última separación, disfruta con sus hijos y está muy bien acompañado.

Mientras grababa la novela El último de nosotros, próxima a estrenarse por Telefe, Benjamín Vicuña dio a conocer la separación de Eugenia Suárez, la actriz con la que compartió los últimos cinco años de su vida, fundaron una familia ensamblada y tuvieron dos hijos, Magnolia y Amancio. Asimismo trabajaron juntos en dos películas y una serie digital. Tiempo después adquirieron una casa, pero también anunciaron la separación definitiva.

Ella se vio envuelta como la tercera en discordia entre el matrimonio conformado por Wanda Nara y Mauro Icardi, lo que acarreó un escándalo de tintes internacionales, más las denuncias mediáticas. Ambas brindaron comunicados y entrevistas exclusivas a programas de primera línea dando a conocer sus pareceres.

Por su parte, Eugenia también blanqueó el romance que la une al empresario español Armando Mena Navarro y no descarta instalarse en el viejo continente. Esta situación no causó ninguna gracia al actor, que deberá dividirse entre la abultada agenda, la crianza de los menores pero también de los otros herederos fruto de su relación con Ana Carolina Ardohain que también está de vacaciones en el exterior.

Sin embargo, no todo es trabajo para este hombre porque también supo reconstruir la relación con la modelo y es invitado a todos los eventos familiares. De esta manera, conoció a su actual pareja, llamada Eli Sulichin, que ejerce como estilista y posee proyectos de marketing digital. Es más, fueron presentados por Pampita en el bautismo de su hija, que tuvo con Roberto García Moritán. Allí surgió el amor que fue blanqueado en la estadía estival en Punta del Este.

El galán chileno lanzó una línea de perfumes y el día del estreno publicó la buena nueva a través de su cuenta de Instagram. La mujer demostró los sentimientos que la unen al actor cuando escribió una serie de emoticones con forma de corazón para festejar esta nueva arista empresarial de su pareja.

Atrás quedaron los malos ratos para el galán chileno. También dejó la casa que había comprado en sus segundas nupcias y debió volver a empezar en otra mansión, en el corazón de Buenos Aires. Está cercano a los estudios de grabación pero también de sus tres hijos mayores para poder llevarlos al colegio y a las actividades extracurriculares.

Por su lado, Eugenia Suárez se quedó en las afueras en el barrio residencial donde compartía el techo con Vicuña, pero ahora está con certeros planes de quedarse en España aunque aún no tiene planes de trabajo a largo plazo, puesto que allí aún no la consideran como una figura de primera línea tal como sucede aquí. También está en pleno idilio amoroso con el galán español que la quiere tener cerca para poder vivir el día a día.

Al final, todos los integrantes de esta historia pudieron trascender los pesares, los malos entendidos y las infidelidades para consensuar criterios y poder llevarse bien por los menores en común. Al fin de cuentas, son familia para siempre.

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