El detrás de escena de Alf

En un repaso histórico por los ciclos, personajes y figuras que marcaron un momento de la TV, diario Hoy recuerda en esta ocasión la comedia protagonizada por el cálido extraterrestre.

Proveniente de un planeta que estaba al borde de la extinción, el cálido personaje Alf escapa de Melmac cuando su nave espacial se confunde con una señal radiofónica y choca contra un hogar que está ubicado en Estados Unidos. Allí es adoptado por la familia Tanner. Mientras, la criatura color chocolate intenta reparar su medio de transporte.

La comedia inició casi a finales de 1986 y terminó a inicios de los 90, aunque los miembros del elenco mucho tiempo después confesaron que no se llevaban del todo bien.

En los comienzos, un actor llamado Michi Meszaros (que sufría de enanismo) fue el responsable de estar en el disfraz del extraterrestre para luego renunciar. Los asesores decidieron que el personaje fuera manipulado como una marioneta y es por ello que los estudios debieron construirse a dos metros del suelo. De esta manera, Paul Fusco manejaba al personaje y también le daba su voz.

Por su parte, Anne Schedeen se ponía en la piel de la mamá, Kathleen, aportando su calidez, soportando las travesuras de los hijos y cuidando a los gatos del barrio cada vez que el muñeco quería comerlos.

Por otro lado, Willy, interpretado por Max Wright, era el padre de familia, algo torpe y distraído, que tenía que cuidar a la familia y enfrentar a la nueva mascota para que se calme pero también cuidar por su bienestar.

La frase “No hay problema” marcó un hito cada vez que el alienígena debía disimular alguna de sus picardías.

El peludo adoptado por los Tanner tenía muchos años y comía muchísimo, lo que sorprendía a los integrantes del clan humano familiar. Además, solía acosar al gato y mascota del clan llamado Suertudo. Luego de las corridas, siempre comía una pizza, su plato preferido.

Por otro lado, también esta serie dedicaba una crítica al momento socioeconómico que atravesaba Estados Unidos bajo la presidencia de Ronald Reagan. Se hablaba de la precarización laboral, la desocupación, el desempleo y los ajustes de la clase media.

Las jornadas de grabación eran caóticas, debido a las exigencias. Una escena que debía durar media hora tardaba casi un día entero en filmarse, dado que tres personas se encargaban del manejo de la marioneta. Es decir, una lo manipulaba físicamente, otra ponía los gestos y la tercera se ocupaba de los cuidados estéticos. Como los gastos técnicos eran mayores a los ingresos del show, la emisora decidió cerrar la temporada y a la cuarta entrega, el programa fue levantado.

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