entrevista

Florencia Peña: “Estoy empecinada en que no me dobleguen”

Referente del humor, el cine la ha convocado para ser parte de un relato que se conecta con la identidad argentina y revela las facetas más tremendas, pero también amorosas, de todos.

Este jueves llega a los cines Más respeto que soy tu madre, película de Marcos Carnevale basada en el libro homónimo de Hernán Casciari. Florencia Peña está acompañada por un gran elenco que incluye a Diego Peretti, Guillermo Arengo, Ángela Torres, Agustín Battioni y Bruno Giganti, y para conocer más detalles de la propuesta hablamos con la actriz y conductora, quien además sigue al frente de La puta ama en América y Network en teatro, además de prepararse para el 2023 con el estreno de la obra inspirada en el éxito Casados con hijos junto a Guillermo Francella, que además dirigirá la pieza.

—¿Qué fue lo primero que pensaste cuando te llegó la propuesta? ¿Habías visto la puesta teatral? ¿Conocías el libro?

—No había visto la obra, sí sabía del suceso teatral y sabía lo que significó para Antonio Gasalla la obra, y lo que le pasó a la gente, más de un millón de espectadores, así que agradecí mucho que me eligieran porque para mí, que soy una comediante que me gusta este tipo de materiales porque no siempre los encuentro, me parecía una gran oportunidad, pero al comenzar a transitarlo me quería matar.

—¿Por el tono?

—Por el tono, exactamente, porque es como pasó con Moni Argento y la película, y hay un momento en el que entrás y ya está, ya comprás el combo, y eso era lo difícil, Diego haciendo un viejo de 80 años, yo de una señora más grande, de barrio, y que no se note Florencia Peña, porque en general en cine me cuesta que los directores confíen en mí, tienen que ser directores con pocos prejuicios. Yo lo demuestro haciendo, pero te tienen que dar la oportunidad, por eso lo agradezco mucho, pero el prejuicio está siempre, sobre todo con actrices populares y actrices locas, como yo. Cuando me llegó el material dije: “Qué difícil hacer esto”, poder hacer una película como Esperando la carroza, grotesca, pero cercana, en la que entrás. Mirta tenía que ser un personaje con un color distinto a lo que yo hago cuando hago comedia, que soy más estridente e histriónica; ella es una mujer muy curtida, la vida le pasó por encima, pero por otro lado tiene mucho corazón, porque una mujer que se hace cargo así de su familia tiene que tener un gran corazón, la película tiene mucho corazón, con escenas muy emocionantes y graciosas, mostrando la identidad argentina, con esa cosa de reminiscencias italianas en nuestro entramado. Pero cuando la vi, porque tiene eso de que cuando la hacés es una cosa pero cuando la ves por ahí te querés matar, pero acá la sorpresa fue grata, la vi con Marcos, le dije que para mí es su mejor película, y fue hermoso, porque a él le pasa también algo como a mí, porque es un director comercial, y hay prejuicios. Él fue un gran director para nosotros, porque cuando ves una película en la que están todos bien, es el director, él nos ayudó a unificar todo, porque además no tuvimos muchos ensayos. Un día, reunidos, dijimos: “Esto puede ser una genialidad o una bosta”, y nos reímos. A mí me gustó mucho la película, me parece distinta.

—Mirta es “la puta ama”, es interesante que la película te tenga a vos y cuente esta historia de esta mujer, que en el fondo es muy feminista…

—Re, es rematriarca, ella además ayuda a su suegro, sabe leer las situaciones, no le sobra nada, pero sí le sobra lucha, está tan llena de Mirtas la Argentina, algo de eso que tuvo Nancy Dupláa en La leona, estas mujeres de las que poco se habla y están en el entramado social y que son tan impensables.

—Y que saben todo…

—El marido, los hijos, el suegro, sabe que las amigas las cuerean, y si bien hay escenas desopilantes, hay algo de estas mujeres que como no pertenecen a una clase social acomodada son denostadas y no se las tienen en cuenta, hay algo de un dolor argentino que tiene Mirta al que se sobrepone constantemente, y el dolor se lo ve, pero también eso que a pesar de todo sigue adelante.

—Mirta escribe en un blog, pero si tuviera Instagram, ¿qué postearía?

—Cosas que tienen que ver con sus hijos, porque es de esas minas postergadas, que no tienen tiempo para ellas, entonces al principio tendría una cuenta de Instagram que al principio hablaría de los hijos, pero después contaría sus cosas porque los hijos le dirían, pero a ella le cuesta ponerse por delante, pero ni siquiera lo piensa, esto de ponerse al frente para ella.

—Como esa escena en la que llora planchando…

—Porque le da vergüenza que el hijo los ayude, porque es orgullosa, porque nunca se le ocurriría pedirle plata al hijo. Hay muchos puntos de contacto en la película con la argentinidad, y no por eso pienso que no podría verse en otros lugares, porque de hecho me gusta el cine italiano, el francés, y creo que se puede extrapolar a otros lugares por los temas de los que habla.

—¿Con qué te gustaría que se conecte la gente con la película?

—Con nuestra historia, con el lado lindo que tiene ser argentino, porque la película habla de eso, a pesar de todo, hay amor, y es difícil encontrar eso en otros lugares, y eso tiene la película, eso que se matan, se dicen todo y se aman y se bancan, y es un mensaje muy positivo también.

El presente laboral y sentimental de la gran artista

Por el estreno de Más respeto que soy tu madre, película que adapta la novela del mismo nombre de Hernán Casciari, diario Hoy dialogó con Florencia Peña, y aprovechamos para preguntarle sobre el gran momento que está viviendo, con muchos proyectos en el presente, y muchos por venir.

—¿Cómo estás viviendo este momento, teatro, televisión, cine?

—Viste que yo soy muy intensa, y la verdad es que cada vez me cuesta más entender la poca deconstrucción que tenemos en muchas índoles, yo trato de entender por qué tanto palo, después digo para qué, si habla más de ellos que de mí, pero si debo reconocer que a mí me cuesta mucho todo más que a otras y otros, porque hay una fuerza constante contra mí que sin rostro sería otra cosa, pero buscan que yo no tenga más voz, no solo artística, ideológica, feminista, empoderada, no les interesa mi voz y no es una voz que quieran potenciar. Entonces me encuentro luchando contra eso más que nunca, un poco agotada y un poco empecinada, empecinada en que no me dobleguen, porque siento una voz que siento que a algunos y algunas les puede servir, no es que sea unánime, lo dejé de serlo hace mucho tiempo, pero seguí de largo e igual hay algo que hay gente que no lo tolera.

—Con el programa LPA lograste superar todo y ­cambiarlo…

—Sí, porque yo me río, me río de todo y siempre, al enemigo amor, y yo me río de las críticas, y lo pongo todo afuera, es una manera de exorcizar tanta presión y mala onda.

—Uno ve el programa y se los ve divirtiéndose mucho, con Dan Breitman, Diego Ramos, Julieta Novarro, ¿el equipo te ayudó?

—Sí, y por eso nos cuesta tanto que nos peguen, porque decimos: “¿Por qué nos pegan si la pasamos tan bien?”. Y por otro lado, no hay mucha pretensión, porque yo me fui de Telefé a América, y al horario más competitivo y más complejo para señales que no son las líderes, sabía lo que estaba haciendo, no entiendo tanta cosa, pero acá estamos, reafirmada en lo que quiero ser y quién soy; más siento la hostilidad, más me reafirmo.

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