Gere y Crawford: un romance de película

Durante cuatro años, la modelo internacional Cindy Crawford y el actor Richard Gere le dieron rienda suelta a un amor que nació en la alfombra roja.

Corrían los años 90. Cindy Crawford se consolidaba como modelo de alta costura elegida por diseñadores internacionales y marcas comerciales para sus campañas. Entre vuelos aéreos para poder cumplir con sus compromisos y la vorágine de una carrera en constante ascenso, la modelo se tomó unos días para descansar en su casa y así fue invitada a una comida al aire libre en la casa de un amigo. El ágape estaba repleto de gente conocida y lo que no sabía es que allí encontraría un galán que se convertiría en su esposo.

Sucede que entre los comensales se encontraba Richard Gere, que ya era una estrella consagrada por sus desempeños artísticos en películas como Mujer bonita o American gigoló. El flechazo fue mutuo y a los pocos días iniciaron una relación amorosa.

Al visibilizarse la noticia de este noviazgo incipiente, versiones comenzaron a indicar que se trataba de una relación que estaba arreglada para así esconder o disimular la supuesta homosexualidad de Gere. En ese contexto social, no tenían lugar los derechos consagrados que existen en la actualidad, mientras que las luchas de género no estaban visibilizadas.

Durante cuatro años fueron los protagonistas de las noticias del corazón, sobre todo cuando se casaron y a los meses decidieron separarse.

Luego, cada cual continuó con sus vidas, formaron otras parejas y fundaron sus respectivas familias con hijos que ya son adolescentes. Al cumplir sus 50 años, la modelo decidió escribir sus memorias y allí reveló las verdades ocultas sobre el vínculo. Así anunció que el divorcio le valió una severa depresión que la llevó a comenzar una terapia para poder salir a flote. Así inicia este capítulo dedicado a la relación primero agradeciéndole a la estrella por los momentos vividos: “Aprendí mucho de Richard. Aprendí a cómo ser famosa. No es algo que quiera compartir. Si sintiera que hay mucho beneficio que pudiera salir de esto, quizá compartiría más, pero no creo que haya nada que a otra gente le pueda servir. Quería ser respetuosa”.

Recorriendo su vida, luego expresó que el fin de este amor se debió a la falta de romanticismo, a lo efímero de lo compartido pero también a los tiempos que vivían, una vorágine repleta de compromisos laborales por sus carreras en ascenso. La también actriz manifestó: “Nunca me sentí realmente casada”.

Con recuerdos de todo tipo sobre este período de su vida, Cindy es respetuosa, rememora con alegría y también da cuenta de su presente positivo junto a su actual marido, el empresario Randy Gerber, son padres de dos hijos e inauguraron una sociedad inmobiliaria que invierte en bienes raíces en la costa azul. Se casaron en un lujoso yate, compartieron una soñada luna de miel en Bahamas y quisieron tener hijos a la inmediatez.

Con la maternidad, Cindy se abocó más a su familia y al respecto reflexionó en su producción literaria: “Mi cintura es más ancha, mis senos han perdido parte de su frescura y con frecuencia tengo ojeras por falta de sueño pero soy muy feliz”.

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