Grandes valores del tango: un show de 40 años en el aire
En un repaso histórico por los ciclos, personajes y figuras que marcaron un momento de la TV argentina, diario Hoy recuerda en esta ocasión el programa creado por Alejandro Romay.
Corría 1963 cuando el productor y dueño del entonces Canal 9, Alejandro Romay, ideó un éxito que marcaría un antes y un después en la televisión nacional. Sucede que, por aquel entonces, el empresario pensó un programa que estaría dedicado al género porteño por excelencia, que no es otro que el tango. De esta manera, el show era conducido por Hugo del Carril, para presentar a los cantantes y figuras del momento que resonaban gracias a las melodías del estilo imperante.
Con el transcurso del tiempo, Silvio Soldán también se haría un lugar como protagonista, aunque también conducía míticos shows como Feliz domingo. Sin embargo, su figura no pasaría desapercibida por su voz resonante como locutor y la elegancia que lo caracterizaba; era una pieza fundamental para el perfil de la entrega.
También marcaria un hito con la frase “Vamos a un corte, una quebrada y volvemos”, la misma que citaba cada vez que llegaba el momento de la pauta publicitaria.
Los invitados eran las figuras del momento, pero también el show les daba la chance a las promesas de poder asistir para mostrar sus gracias. Allí eran acompañados por una orquesta profesional que se encargaba de la música para también sonar en los bailes de las parejas que asistían para ocupar la pista imperante en el estudio mayor del canal que luego se privatizó.
Con el transcurso del tiempo, los conductores variaron, pero Soldán siempre quedó como figura. Respecto de este trabajo, declaró en una entrevista a un medio nacional: “Tener la oportunidad de conducir Grandes valores después de nada menos que Juan Carlos Thorry, quien fue una figura impresionante además de un gran amigo mío, resultó fantástico, porque también pude encontrarme con toda la gente que admiraba en los discos. Y hablo de Alberto Morán, Osvaldo Pugliese, Susana Rinaldi, Alberto Podestá, Argentino Ledesma, Rodolfo Lezica, Tita Merello, Hugo del Carril...”.
Este contexto también fue propicio para darles lugar a jóvenes modelos que trabajaban como secretarias de las personas encargadas de la conducción y estaban encargadas de acercarles las pautas, los nombres de los invitados y los productos que eran publicitados.
En una de las jornadas de trabajo, Silvia Süller probó suerte y quedó como una de las preferidas, siendo dueña de un carisma especial. Soldán no dudó en invitarla a salir luego de una de las transmisiones.
Él estaba separado de su primera esposa, y se ocupaba de Tita, su señora madre, pero también del hijo adoptivo que debió internar debido a sus problemas de salud y la imposibilidad de atender sus necesidades.
Asimismo, Silvia, la joven blonda, estaba recién divorciada, era madre de una niña llamada Marilyn y recién empezaba a trabajar como figura en los medios de comunicación.
Tras unos meses de noviazgo, la pareja pasó por el registro civil y anunció que estaban en la dulce espera de su hijo en común que se llamaría Christian.
Frescos y radiantes, los tortolitos iniciaron una convivencia que también se trasladó a sus trabajos en Canal 9.
Cuando la criatura llegó a este mundo, ella dejó de trabajar para encargarse de las necesidades de los pequeños.
Distintos conflictos en la pareja, sumados a la mala relación entre Süller y su suegra, llevaron la situación a un divorcio mediático que sentó precedente.