Entrevista Exclusiva
“Hay que seguir adelante haciendo arte y ciencia”
En diálogo con diario Hoy, la cantante Ana Prada contó su vasta trayectoria en el arte y reflexionó sobre los tiempos inusuales que atraviesa la humanidad.
Curiosa e inquieta, Ana Prada es una artista uruguaya que ha conquistado los universos posibles gracias a su arte como compositora, cantante y comunicadora de múltiples batallas.
Durante una charla íntima con este multimedio, la intérprete se refirió a la actualidad de su trayectoria, analizó la escena actual y reflexionó sobre las conquistas de género.
—Siendo una artista que ama los libros y los discos, a lo largo de tu vida, ¿cuáles dirías que son las obras musicales y literarias fundamentales en tu recorrido?
—Es una pregunta muy difícil de responder porque considero que depende de la época, de la edad, entre otros. Sucede que quizá en la niñez fue uno para luego cambiar en la adolescencia a otro, y así también en la adultez. Cada etapa de mi vida ha tenido, para mí quizá, algunas obras de referencia casi fundacionales para ese momento. Antes de escribir y componer mi disco titulado Soy pecadora, leí un libro muy importante para mí porque me abrió la cabeza, y es una novela histórica llamada La puerta de la misericordia, data de la época de Jesucristo, y es un análisis desde diversos puntos de vista de este personaje realizado por un autor uruguayo llamado Tomás de Mattos. Es una producción literaria muy potente e interesante por sus diversas formas del tema. Asimismo, leí otro que me parece fundamental e importante que todo el mundo pueda acceder a él y es Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, que si bien lo tenía desde hace años en la biblioteca, recién el año pasado lo tomé, volví a leerlo, lo reconocí y me abrió muchos universos. En relación a los discos, me encuentro en la misma encrucijada. Podría decir que, para mí, es fundamental. Más que de discos debería hablar de estilos de música, por ejemplo la clásica que había en mi casa, eso fue muy importante al ser niña. Considero que eso te va “haciendo” el oído y de alguna manera rica, interesante, como también el espíritu. Además, sobre los discos, por ejemplo desde María Elena Walsh con su capacidad de crear música para niñas y niños con una profundidad increíble junto a sus ritmos latinoamericanos y folclóricos hermosos, que también te van construyendo tu universo sonoro. Por otra parte, en mi hogar se escuchó mucha música latinoamericana. Otro disco fundamental fue el primero de los Beatles que cayó en mis manos. Cualquiera de ellos en realidad, desde Let it be hasta Hey Jude, el Álbum blanco, son todos inherentes al área de la cultura. Es muy difícil elegir algunos pocos.
—En esta época donde la vida tal como la conocíamos se detuvo por la pandemia imperante y ahora transcurre puertas para adentro, las actividades culturales padecieron las consecuencias y debieron repensarse los modos de producción. ¿Qué análisis realizás sobre la escena actual, tanto en Uruguay como en la Argentina?
—El contexto actual que nos está atravesando a todos como planeta. En este sentido, mi mirada transcurre con mucho temor, mucha incertidumbre, no se sabe demasiado porque es un virus nuevo que va mutando, que va sobreviviendo y es muy difícil de detener. Esto ha generado un montón de cuestionamientos y de cambios. En mí particularmente hizo que frene el trabajo, los viajes, eso causa muchas cosas internas, de depresión, de tristeza, de extrañar una vida que cambió. Después considero que hay países que la llevan mejor, lo que tiene que ver con gobiernos que están más presentes, que se hacen cargo de la situación, que buscan la manera para que la gente pueda estar mejor, trabaje, subsista. Considero que hay mucha riqueza en la escena actual. Acá en Uruguay hay mucha gente joven, ahora más que nunca haciendo música, videos, cosas relacionadas con el arte, escribiendo poesía, novelas. Creo que las nuevas generaciones están contactando con un nuevo lenguaje de expresarse y tiene mucho que ver con las artes en general. Son más directos, hay otros ritmos y lo celebro. Es muy bienvenido y hay que seguir adelante haciendo arte y ciencia porque son los dos pilares de la humanidad que nos van a salvar y sostener. En esta pandemia se han creado dos líneas fundamentales en el tapete, la ciencia que ha sido ninguneada y confundida con el mercado. Muchas veces se relaciona la investigación científica y comercialización de ese saber. Sin embargo, la ciencia no tiene que ver con eso sino con lo que hace que evolucionemos como humanidad desde todo punto de vista, desde la física cuántica hasta la persona que investiga en un laboratorio como ganarle a este virus. Por otro lado, las artes en su amplio sentido del término que es el alimento del espíritu, del alma. Si no tenemos esa chispa, esa ilusión, esa esperanza que te da el arte es muy difícil sobrevivir a lo que vivimos como humanidad. La creación, el dar y recibir nos sirvieron mucho. Entonces arte y ciencia son los pilares fundamentales y fueron importantes.
—En estos tiempos de empoderamiento y de conciencia de género, ¿cuáles considerás que son tus militancias cotidianas?
—Considero que me he beneficiado gracias a batallas muy duras que han librado otras mujeres que lograron conquistas increíbles. Hubo muchas que murieron en el siglo pasado tratando de conseguir un derecho mínimo, básico desde el punto de vista social, laboral, y de libertades que ahora nos parecen tan naturales. Entonces, respeto, considero y asumo que me beneficio como mujer de un montón de luchas que vienen desde antes. Después, desde mi pequeño lugar de cantante, de autora, de persona que se sube a un escenario y tiene la posibilidad de comunicar a través de una nota, entre otros, simplemente mis batallas fueron no mentir. Por ejemplo, cuando se me ha preguntado sobre mi vida, sobre cómo vivo, mis amores, y cuestiones personales, siempre dije la verdad. Para mí, fue muy duro asumir mi homosexualidad, que me gustaban las mujeres y que en este momento tengo un hijo junto a una mujer, que hemos formado una familia donde Hugo tiene dos mamás. Y en este presente que pude ser mamá, me siento muy agradecida con las luchas de otras y de otros colectivos que se sumaron a la lucha feminista. Eso está buenísimo, hay que reconocerlo. Consideremos que el feminismo no es lo opuesto al patriarcado, sino que incluye otras formas de vida, justamente lo hace en el amplio sentido de la palabra, incluye todo lo que hay en el medio. Es un movimiento que tiene que ver con la solidaridad, la diversidad, lo no binario, con incluir lo que siempre fue dejado de lado, pisoteado en el poder hegemónico, históricamente reservado a los varones, al patriarcado. Esa es la visión del feminismo a la que adhiero, es decir a la de incluir a toda la diversidad, como la madre naturaleza, como la esencia que es abarcativo, es solidario con todos y todas.