Hey Jude, el himno eterno de los Beatles
La canción escrita por Paul McCartney hace más de medio siglo es considerada un ícono y está dedicada a un niño cuyos padres atraviesan un divorcio.
Formada en Liverpool, Inglaterra, por John Lennon, Ringo Starr, George Harrison y Paul McCartney, The Beatles atraviesan generaciones y continúan vigentes para siempre.
Hace más de medio siglo, Paul ponía manos a la obra para escribir Hey Jude, que fue lanzada un 26 de agosto en Estados Unidos y más luego al Viejo Continente.
En sus inicios, John Lennon atravesaba un complejo divorcio de su primera esposa con quien tuvo a Julian, su hijo mayor. En ese entonces, Paul puso manos a la obra para producir esta pieza para consolar al niño y quitarle la pena. Así surgió esta creación mientras conducía el auto. Para que suene mejor, la tituló Hey Jude. Al respecto, manifestó en una entrevista de antaño:
“Llevaba cerca de una hora conduciendo. Entonces, apagué la radio e intenté componer una melodía. En ese momento, empecé a cantar: Hey Jules, no lo estropees, coge una canción triste y mejórala... Tenía un mensaje optimista y esperanzador para Julian: Vamos, chico, tus padres se divorcian. Sé que no eres feliz, pero estarás bien”.
En ese entonces, Lennon iniciaba una relación con una artista plástica oriental con quien pasaría el resto de su vida, se volvería un activista y se convertiría en papá por segunda vez. Por ese momento, el músico pensó que la canción era para él y su nuevo amor, consolidando la grabación para ese mismo momento.
Tiempo después, el destinatario del tema pudo confesar que se enteró en su adultez que fue el receptor de la canción y avizoró que pasaba más tiempo con su autor que junto a su padre: “Me contó que había estado pensando sobre mi situación todos esos años, sobre lo que tuve que pasar. Paul y yo solíamos pasar tiempo juntos, más incluso del que pasaba con mi padre.
Teníamos una buena amistad y, de hecho, parece que hay más fotos mías de pequeño jugando con Paul que con mi padre”.
Con una duración de casi 8 minutos, este tema se convirtió en un sencillo que permaneció en las listas del Viejo Continente y las de Estados Unidos durante más de nueve semanas, el máximo en la historia de esta suerte de rankings.
Asimismo, las hinchadas de los equipos de fútbol de Reino Unido han tomado la melodía para crear cánticos de aliento en las canchas a la hora de los partidos.
También fue el himno que entonó Paul para cerrar la edición de los Juegos Olímpicos en Londres, allá por el 2012.