La adicción al sexo de Michael Douglas

En un repaso histórico por los ciclos, personajes y figuras que marcaron un momento de la farándula internacional, diario Hoy recuerda esta etapa en la vida del galán de Hollywood.

Corría 1993 cuando dos estrellas de Hollywood, Sharon Stone y Michael Douglas, fueron convocadas para trabajar en un proyecto de alto voltaje, titulado Bajos instintos. La dirección estaría a cargo de Paul Verhoeven y el guión bajo la pluma de Joe Eszterhas. Sin embargo, a pesar de la chispa que traspasó la pantalla, la química entre los protagonistas no fue la mejor, y en la intimidad no tenían ningún tipo de conexión, más allá de las líneas que figuraban en los libretos.

De esta manera, ambos hicieron sus trabajos, se regodearon con el éxito de la película, que se convertiría en una cinta de culto, para luego continuar con sus prominentes carreras. Al ser tentado con este filme, el galán de cine Michael Douglas ya tenía una carrera consagrada y aceptó sin dar vueltas, sin saber que entonces comenzaría una búsqueda que lo llevaría a una nueva adicción, la cual le costaría un matrimonio y le acarrearía problemas de salud. Sucede que, por aquel entonces, el actor atravesaba una adicción al alcohol que no lograba combatir a pesar de sus reiterados tratamientos en centros de rehabilitación. Esto acarreó que concediera una entrevista y los comunicadores especializados, conocedores de sus nuevas preferencias, lo tildaron de obsesivo compulsivo a raíz de la grabación del filme que contenía escenas pornográficas. Además, el artista consumía drogas, y este coctel explosivo llevó a que su esposa lo echara de la casa en común y lo introdujera en una terapia grupal para subsanar estos costados libidinosos.

Tiempo después, contrajo cáncer y dejó entrever que, quizá, una de las causas era el exceso de sexo oral que había practicado a lo largo de su vida sin protección alguna, y es por ello que quería llamar la atención para así generar conciencia y fomentar el uso de la profilaxis. Asimismo, en ese momento, brindó información sobre una enfermedad ginecológica que podía contagiarse por vía sexual y generar graves consecuencias. Aunque la prensa, los seguidores y, en especial, sus familiares le aconsejaron que se llamara a silencio.

Douglas estuvo casado en primeras nupcias con una integrante de la sociedad diplomática de Austria, llamada Diandra Luker. Luego se vinculó con una colega con la que supo compartir más de un proyecto, como lo es Kathtleen Turner, y ambos trabajaron en La joya del nilo, La guerra de los Roses, Tras la esmeralda perdida, entre otros. Sin embargo, no pudieron sostener el vínculo y decidieron separarse. Así continuó con otros amores tales como Martine McCutcheon; Maureen Dowd; Elizabeth Vargas y Brenda Vaccaro. Luego, ya adentrado en su adultez, conoció a la diva Catherine Zeta Jones y el flechazo fue inmediato. Así, luego de un romance, tuvieron una boda rápida y fundaron una familia. La vida transcurría con absoluta normalidad, pero Michael fue diagnosticado con una enfermedad terminal que está afrontando con altura. Allí estuvo acompañado por su colega, y en ese ínterin mantuvieron una separación breve que quedó en la nada, pues decidieron reconciliarse. En este sentido, resolvieron sus diferencias y continuaron con la vida en común.

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