La naranja mecánica, un clásico eterno
En un repaso histórico por los ciclos, personajes y figuras que marcaron un momento de la cultura internacional, diario Hoy recuerda en esta ocasión la histórica película.
En los años 70, La naranja mecánica, de Stanley Kubrick, película basada en los escritos del dramaturgo Anthony Burgess, revolucionó el cine. Por ese entonces, el casting para el elenco estaba centrado en encontrar figuras no muy conocidas, y así es como llegaron a un actor incipiente llamado Malcolm McDowell. Asimismo, los temas que se incluyeron en el filme fueron de alto voltaje, lo que convirtió a la pieza en todo un escándalo mediático para los sectores más conservadores, mientras que la crítica fue muy receptiva con el guión.
Con admiradores y odiadores, este filme nunca pudo definirse en un género específico, pero sí se volvió un clásico que aún es el preferido de las juventudes. Cuando el libro se editó en el viejo continente, se generó una serie de controversias, pero al llegar a Norteamérica se agregó un capítulo sin el permiso del autor, en el cual el joven protagonista de nombre Alex se recuperaba de su violencia, y esto no le causó gracia al autor. Para ese entonces, Kubrick terminaba de filmar una obra, su esposa le dio el libro y se pusieron a trabajar para comenzar lo que sería la histórica película. El libreto fue comprado, Warner produjo el filme y Kubrick lo dirigió, convirtiéndose en una de sus obras maestras.
Sin embargo, como no todo lo que brilla es oro, el asunto tardó un poco más: debido a la violencia que contenía el filme, en muchos países tuvo censuras y hasta fue prohibida. Luego, poco a poco, con el advenimiento de la democracia y la apertura de los procesos libres, logró ser distribuida con absoluta normalidad para convertirse en una pieza histórica.
El director eligió al protagonista por sus facciones, su talento y porque era una figura que recién estaba codeándose con proyectos más comerciales. Con esta decisión ganó una vez más, y todo fue un éxito.
Retomando los hilos de los argumentos, esta película no tiene un tiempo cronológico sino, por el contrario, está situada en un tiempo y espacio incierto, pero sí de avanzada por su tecnología. Luego se pone en jaque la relación filosófica y literal entre el hombre y el Estado, como así también el poder y el saber. Todos los protagonistas hablan un dialecto especial que fue creado para este argumento, y esta idea fue furor. La estética fue en colores minimalistas y la música también hizo lo suyo, puesto que eligieron obras de música clásica y otras melodías más contemporáneas para que todo tuviera una cadencia perfecta.
La historia inicia por un experimento en un grupo, que luego ingresará a una casa particular donde vive un matrimonio. Allí el hombre será asesinado y el domicilio volará por los aires, mientras que la mujer será atacada y sufrirá vejaciones sexuales.