Las cámaras ocultas en la Argentina

En un repaso histórico por los ciclos, personajes y figuras que marcaron un momento de la TV, diario Hoy recuerda las entregas que arruinaron la vida de los famosos.

Bajo la producción del programa de investigación Punto doc conducido por Miriam Lewin y Daniel Tognetti, se emitían contenidos filmados a través de una cámara oculta. La primera famosa en verse afectada por este material fue la vedette y actriz Beatriz Salomón, que estaba casada con el cirujano plástico Alberto Ferriols, con quien tenía dos hijas adoptivas llamadas Noelia y ­Bettina.

En dichas imágenes podía verse al médico en su consultorio atendiendo a pacientes que comenzaban a cambiar su fisononía: él les pedía sexo a cambio de las intervenciones quirúrgicas. Al momento de presentar este documento, la pareja fue invitada al piso de Intrusos en el espectáculo, donde observaron fragmentos de lo que se emitiría por la noche. Esta situación le valió a la actriz la pérdida de su matrimonio, de propuestas laborales y la chance de salir a flote.

Por su parte, Alberto sufrió la interrupción de su licencia, intentó suicidarse y se escondió en un estricto perfil bajo por un tiempo considerable. Beatriz quedó a cargo de las niñas, vendió todos sus bienes para poder salir a flote y así sostuvo el hogar. En una de sus declaraciones confesó que debió deshacerse de todas sus pertenencias debido a que el ambiente artístico le dio la espalda, y no conseguía trabajo. Luego, poco a poco, pudo salir adelante, las chicas crecieron y ella volvió al ruedo con una obra de teatro. Tiempo después enfrentó una enfermedad terminal que la sacó de este mundo.

Asimismo, Giselle Rímolo, expareja de Silvio Soldán, fundó una clínica de nutrición y estética donde atendía a los famosos de turno. Esto le valió una gran popularidad, hasta que un noticiero hizo una cámara oculta en la que reveló que no tenía título (por lo que ejercía la medicina de forma ilegal) y que una paciente había perdido la vida debido a sus tratamientos para adelgazar.

En ese momento fue a la cárcel, donde aún permanece tras enfrentar varios juicios por asociación ilícita. Recordemos que el locutor y conductor de los ciclos Grandes valores del tango y Feliz domingo también fue apresado por ser considerado un miembro estable de la empresa de corrupción, pero después de unos meses fue dejado en libertad.

Otro ejemplo reconocido es el de Marcelo Corazza, ganador de la primera edición de Gran Hermano y profesor de Educación Física. Él tuvo una cita con un muchacho dentro de un automóvil y su encuentro fue capturado por las cámaras de Intrusos en el espectáculo. Así, el muchacho sufrió una mala pasada e injustamente quedó en el ojo de la tormenta, cuando lo único que hizo fue compartir una reunión con otra persona. Años después, el conductor del programa le pediría disculpas y se mostraría apenado por el ensañamiento con el que discutieron las repercusiones del tema.

Lo mismo viviría el médico Mario Socolinsky, célebre por trabajar en el programa La salud de nuestros hijos. En la entrega, profesionales daban cuenta de diferentes cuestiones sobre las aristas de la infancia. Una productora de un programa de investigación se anotó para concurrir como médica y participó del panel. Entonces, señalaron a los responsables por no chequear que ella estuviera habilitada con un título.

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