entrevista

Mey Scápola y Gonzalo Heredia estrenaron Coherencia

La versión local de la película de culto llegó a los escenarios porteños con el mismo misterio y complejidad.

Con dirección de Hernán Guerschuny llegó a Multiteatro (CABA) Coherencia, con un elenco encabezado por Mey Scápola y Gonzalo Heredia para narrar una historia que reflexiona sobre la vida y mundos paralelos. Hablamos con Scápola y Heredia antes del estreno.

—Quiero que me expliquen la película, no la había visto nunca, explíquenmela…

—Gonzalo Heredia: ¿Sabías que hay foros que explican todo? Hay notas explicando el final de la película. Hay como fans, muy seguidores, que cuentan todo. “Para mí la película” y dan como sus opiniones, y a mí eso me parece maravilloso. Y aparte es una película también que, de hecho, no se estrenó acá, fue muy de boca en boca. Es muy de nicho en ese sentido. Muy de fanáticos y muy de boca en boca. A mí me llegó, de hecho, como una recomendación y cuando la vi, yo la imaginé como pieza teatral. Había algo del lenguaje teatral que para mí iba totalmente acorde con la historia.

—¿Y por qué no dijiste la dirijo yo también?

—GH: Porque soy muy cag... Todavía no. No lo descarto en un futuro y demás. Pero yo la hablo con Mey, o la veo a Mey, viste, que tiene todo tanto en la cabeza que a mí eso me da un poco de vértigo. Ya con una adaptación, yo sentarme a escribir, construir ese universo y ese mundo es muy difícil. Muy difícil. Es totalmente placentero. Pero ya con eso, por ahora, estoy bien.

—Te llaman para Coherencia. Mirá ésta película…

—Mey Scápola: Mirá esta película. Sí, me la ofreció el 24 de diciembre a la noche, en Navidad.

—Regalo de Navidad...

—MS: Pasando Navidad juntos en la mesa. Literalmente. En la mesa, y después fuimos a su auto a buscar cositas y seguimos hablando ahí, sabía algo del proyecto y, obviamente, me mostró la película y primero me dijo, mirá la película, a ver qué te parece. No es el rubro que yo más fácil miro. Por un lado, también, me parece de verdad que es como un gran riesgo para nosotros como actores. Ya lo decíamos, estamos actuando lo que no actuamos nunca. Puede salir mejor o peor, pero digo... con un director que no dirigió nunca teatro. Además, todo riesgo. A esta altura creo que todos sabemos que uno elige con quién quiere trabajar, cuánto quiere trabajar, no pones todos los huevos en la misma canasta. Entonces, eso también hace que te pongas a lograr más que nunca y eso, como todos sabemos un poco de todo y nadie sabe un poco de nada, nos pusimos todos a trabajar en equipo y cada vez que algo sucede es, a seguir trabajando. Hasta el último día. Y cuando se estrena, seguir trabajando. Me parece que son esas experiencias que te traen que de nuevo hay que arrancar todo de cero. Acompañarse, ser equipo. Cuando uno sube, el otro baja. Cuando el otro baja, el otro calma. Así como uno trae un mate y el otro trae una galletita. Bueno, acá es lo mismo. Uno escribe, lo dirige. Alguien puede decir, si esto yo no lo sé hacer. Y me parece que es eso. Que la película te obliga a eso. Si hubiéramos arrancado, yo ya sé todo cómo va a ser, hubiera salido pésimo.

-GH: Hay algo del trabajo, como en equipo, en conjunto también, de pensar y construir. Vos pensá, para mí es un error siempre la adaptación de una película, llevarla así tal cual está, casi como si fuera una especie de cubo de arena sin esperar que se desarme en el camino. Si se va a desarmar, es imposible eso. No se puede aprender, así como en la película, que sea tal cual en el teatro, tiene que haber otro lenguaje, otra poética. Pero sí cuando vi la película me pasó esto de, hay una belleza teatral, hay una poesía teatral en esa historia. Creo que se puede contar. Y sí, obviamente queda un poco de vértigo, porque es un género que no abunda.

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