entrevista

Ornella D’Elía: “Si estás pensando todo el tiempo en que estás expuesto, es complicado”

Dueña de una ascendente carrera en cine y televisión, próximamente trabajará con los directores Lucía Vasallo y Luis Ortega en nuevos proyectos.

Ornella D’Elía pisa fuerte en el ámbito audiovisual local. A su impactante actuación en Los sonámbulos, de Paula Hernández, sumó un coprotagónico en la tira La 1-5/18. Ahora es parte de 29 horas y media, que cuenta la grabación del emblemático disco de Los Twist La dicha en movimiento. Con ella hablamos en exclusiva para saber más de la película de Maxi Gutiérrez y sus próximos pasos en la actuación.

—¿Cómo es viajar a los años 80?

—Ni idea. Digo, sí, pero yo soy del 2000 y es como cruzarte con un montón de cosas, de situaciones, de momentos, de experiencias de esta época en particular, lo sentís tanto. Pero es lindo atravesarlo y es lindo ver lo que existía antes para también valorar un poquito más lo que ­estamos teniendo ahora, que es muy hermoso. Por más de que nos faltan un montón de cosas y seguimos luchando en un montón de cuestiones, está bueno sentir que estamos un poco más adelante. Eso es muy hermoso.

—Y es un momento del rock en donde las mujeres no estaban, pero tu personaje y el de Sofi Morandi, que hace de Fabi Cantilo, son dos mujeres muy fuertes en el universo del rock...

—Partiendo de la base de Fabi, que la hace Sofi, mi personaje Ana no es un personaje que haya existido, pero puede ser la cuna de algo, porque sí es una mujer que seguramente ­existió en esa época. Creo que yo intenté hacerlo desde el amor más sensible y puro. Hacer a alguien que también batalla con un montón de cuestiones en su vida y con su familia, con sus relaciones, con la vida en particular en esa época, que también era todo muy complejo. Y quise también intercambiar cosas de ahora, como convertirla de a poquito en esa mujer que iba rompiendo con cosas. Hay textos que ahora los leés y no coincidís, pero en esa época eran cotidianos, leerlos o escucharlos o lo que sea. Pero creo que Ana estaba mucho más allá de eso por más de que haya estado en esa época. Su cabeza iba más allá de todos los prejuicios.

—Yo encima te iba a preguntar si aceptaste estar en la película porque venía algo más relajado. Porque a vos siempre te tocan, en cine, ­televisión, cosas terribles para ­interpretar...

—No, pero este personaje me permitió también cruzarme de vuelta con mi Ornella interna, más sencilla, más pura, más relajada, con un montón de cuestiones en la cabeza, sensibilidades y demás. Siendo una persona, pero con un montón de cosas que yo tenía ahí guardadas. Con tanta cosa de “estoy haciendo un personaje con una esquizofrenia”, eso lo calmé un poco, dejé un poco la oscuridad del lado para poder meter un poco esta dulzura y este corazón.

—¿Te gustaría hacer comedia?

—Llámenme para hacer comedia, a mí me gusta hacer lo que hago y para lo que me llaman. Me gusta mucho en realidad meterme en un personaje en el que pueda como verle un desafío y que eso me conmueva a mí como persona más que como actriz. Busco que me alimente personalmente, porque si no me alimenta personalmente me desmotiva y si me desmotiva no puedo fingirlo, hay algo que no puede fluir tanto, hay algo que se traba. Que puede pasar porque es el laburo y uno labura con esto y a veces no podés elegir tanto. Siento que es una carrera también en la que todo el tiempo te preguntás si querés seguir, si no querés seguir. Pero siempre volví a elegirla.

—Te tocó trabajar con grandes, pero ¿hay alguien que vos digas: “Me gustaría ir por acá”, trabajar con tal o cual actor o actriz?

—Me tocó con un montón de gente muy capa y aprendí mucho de esas personas.

—Pero soñemos...

—Y, bueno, yo te diría Dolores Fonzi, porque yo la amo y encima siempre estamos como ahí coincidiendo, pero no se puede. Pero yo sé que ya lo haremos, como seguramente lo haré con más gente. Pero con Dolores tengo un amor absoluto y me parece una buena persona también.

—¿Cómo manejás la exposición?

—No sé, creo que para manejar la exposición lo más importante y lo más lindo es no manejarla. O sea, es no pensar que estás expuesto todo el tiempo, porque si no, arrancás como a no permitir ciertas cosas. Siento que si estás pensando todo el tiempo en que estás expuesto, es complicado. No estar todo el tiempo con eso de “me dieron el me gusta”, “me escribieron”, no creo que sea lo más importante. Y no sé quién soy para decirlo porque a veces ni yo soy muy consciente de la gente que me sigue o la gente que cuando me ve en la calle me para, y yo siento que sigo siendo la misma piba que hacía remo en un club y que no actuaba. Es intentar volver a eso. Me pasa con el cine todo el tiempo. Siempre intento volver porque fue lo que a mí me hizo y me hace muy feliz.

Noticias Relacionadas