Si lo sabe, cante: un hito de la televisión argentina

Bajo la conducción de un presentador clásico de nuestra pantalla chica, el ciclo daba lugar a todos los argentinos que deseaban mostrar sus dotes artísticas en la música

En los años 50, Argentina daba inicio a formas de entretenimiento que prestaban sus lugares para que los artistas mostraran sus habilidades ya sea en concursos, radioteatros o programas abocados a tales fines. Tiempo después aparecía la pantalla chica en blanco y negro un show llamado Si lo sabe, cante, más precisamente en 1968. Lo conducía el locutor y animador Roberto Galán, quien además fue el responsable de presentar a una pareja histórica como la de Eva y Juan Domingo Perón.

Tenía un puntaje en el rating de buena numérica, llegando a lograr unos 30 puntos y en una época en a que había solo cuatro canales (el cable y las plataformas digitales que existen hoy solo eran una suerte de quimera para el futuro). En este show, los participantes se presentaban a diario en el espacio físico donde funcionaba el canal emisor, hacían la espera necesaria, ingresaban por orden de llegaba y así también se daba la participación. Entonces, acompañados por una orquesta, los concursantes daban rienda suelta a lo que para ellos era solo un hobby , jugar a ser cantores solo por el placer de hacerlo, no porque tuvieran sed de fama o popularidad.

Por su parte, los televidentes también eligieron esta entrega y eso estuvo comprobado en los niveles de audiencia que se medían en cada mediodía cuando el show salía a la luz. Entre los famosos que hicieron su paso por la entrega ni bien empezaban sus carreras pueden nombrarse a Piero o a María Graña.

Vale mencionar que cada persona que se hiciera presente debía hacerse cargo de su peinado, maquillaje y atuendo, porque no era responsabilidad de los productores ejecutivos. Esta situación sería impensada en la actualidad, donde la estética y la imagen se priorizan sobre cualquier otra arista al momento de salir al aire. Por su parte, el conductor Roberto Galán siempre estaba de traje, bien peinado y tenía chistes hacia sus compañeros de trabajo en el aire. Sin ensayo previo, la banda era dirigida por Carlos Marzán, que acompañaba a los participantes que se animaban a entonar algunas estrofas.

Al finalizar el programa, cada participante se volvía a presentar y, según la intensidad de los aplausos del público, se elegía al ganador. Lejos de tener premios majestuosos o exuberantes, los galardonados se llevaban un vale para una cena, flores, productos o una jaula con un pájaro cantor, sello indiscutido del show. El conductor estaba acompañado por unas secretarias que lo ayudaban con los invitados y coreaban entre cada corte. Todas eran bellas, estaban vestidas con minifaldas y modelaban.

En las dos décadas de su emisión, a partir de la entrega se editaron dos discos con las canciones clásicas. Además, hicieron giras por los boliches y discotecas del país, donde se presentaba el conductor con las divas que lo asistían. Vale mencionar que las chicas en ese momento debieron tener una seguridad que debía asistirlas en todo momento porque las multitudes se abalanzaban sobre ellas, ya sea a las salidas del canal o de los boliches en cuestión. También existía el merchandising alrededor de la figura de su conductor, que se plasmaban en pósteres y fotografías.

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