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Wong Kar Wai, en un ciclo online imperdible

Una retrospectiva única del director de Felices juntos.

A la edad de cinco años, Wong Kar Wai se mudó con su familia a Hong Kong desde su natal China. A pesar de sus aparentes similitudes entre la pequeña Hong Kong y el gigante de Asia, ambas son culturas distintas entre sí. El cine lo salvó de esa transición y en diario Hoy cuenta detalles del ciclo de MUBI que permite revisitar su obra, incluyendo Felices juntos, rodada en Buenos Aires.

—El proceso de restauración ha permitido revisar tus películas, arreglando viejos problemas y haciendo nuevos cambios. ¿Sentís que una película está alguna vez terminada, o siempre hay más formas de jugar con lo que se ha hecho? ¿Debe considerarse una película como una obra de arte viva?
—Como dice el refrán: “Ningún hombre pisa el mismo río dos veces, porque no es el mismo río y él no es el mismo hombre”. Habiendo llegado al final de este proceso, estas palabras siguen siendo válidas. 

—Sos conocido por trabajar con la improvisación en el set, y con guiones o escenarios que cambian durante la producción. ¿Tus películas te sorprenden en la forma final que adoptan?
—El cine es un proceso orgánico de principio a fin, por lo que debe haber muchas sorpresas en el camino. Nunca se sabe qué película se tiene realmente hasta que se entrega.

—¿Qué opinás sobre el papel de la curaduría en el cine, tiene más importancia con el auge del streaming de películas?
—Cuando era joven, la idea de world cinema no existía. Veíamos cualquier película que encontráramos en los cines. Hoy, algunas de esas películas han vuelto a ser accesibles en las plataformas de streaming. En cierto modo, no importa tanto dónde existan mientras las personas tengan acceso a ellas.  

—¿Han visto vos y tu familia las películas en casa de forma diferente? ¿Influirá esta experiencia en tu forma de hacer películas?
—Hoy en día cuesta menos esfuerzo transmitir una película en casa. Sin embargo, el streaming no debería afectar fundamentalmente a la forma de hacer una película, siempre y cuando el placer de ver películas no cambie, y nosotros, como cineastas, sigamos sirviendo a ese propósito.

—La pandemia ha obligado reevaluar sus necesidades de intimidad y conexión humana. En estos tiempos difíciles, ¿cuál es el mood of love hoy en día?
—Solidaridad y compasión.

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