A cantar el Feliz cumpleaños

Si hay algo que la pandemia no pudo llevarse fue la ilusión de un niño cuando llega el momento de cantar el Feliz cumpleaños.
El año pasado, por circunstancias de público conocimiento, las casitas de fiestas infantiles tuvieron que cerrar y los payasos guardaron su maquillaje.

En el medio hubo marchas, pedidos y reclamos para volver a trabajar. Y finalmente el viernes, decenas de lugares de la región volvieron a despertar la sonrisa de los más chicos, que ya empezaron a revivir la tradicional costumbre de llenar las tarjetitas con los nombres de los invitados; aunque ahora deberán ser menos y contados.

Durante el último día hábil de la tercera semana de marzo quedó formalmente establecido el permiso para que los salones de este rubro puedan volver a abrir sus puertas. Así, los empleados que se dedican a esta actividad regresan a trabajar.

Fue un año duro, en el que la incertidumbre hizo que para muchos sea más largo de lo habitual.

Según comentaron los dueños de estos locales a diario Hoy, hay un boom de cumpleaños y ya están las fechas reservadas para los primeros tres fines de semana del mes de abril, en el que es muy complicado encontrar un horario disponible para organizar un festejo.

Según las medidas del salón se establece el número de invitados que se permiten para poder celebrar un cumpleaños. Estimativamente no son más de 40 personas las que se pueden convocar para un evento, en una casa de unos 350 metros cuadrados.

En la casita del Sol, ubicada en calle 11 en pleno Barrio Norte, la Municipalidad habilitó hasta 30 chicos y 10 adultos, que estarán en un salón anexo a los más pequeños. Este lugar cuenta con un fondo con juegos y las actividades de animación se extienden por hasta tres horas.

“El aforo es fundamental. Nosotros tenemos un salón hasta para 40 adultos, pero solo se permiten 10. Y en cuanto a los chicos, hasta 30 está bien”, comentó uno de los responsables de este lugar. Además, confirmó que la asistencia a los cumpleaños infantiles no ha bajado por temor a la pandemia, más allá de que hay familias que deciden que los más pequeños no concurran a este tipo de celebraciones.