cultura

Alicia en el país de las pesadillas: una reversión del clásico que desafía límites psicológicos

En una arriesgada inmersión en el mundo de los sueños, la película emerge como una oscura reinterpretación del clásico infantil del siglo XIX.

En una arriesgada inmersión en el mundo de los “malos sueños”, Alicia en el país de las pesadillas emerge como una oscura reinterpretación del clásico infantil del siglo XIX, tomando la obra maestra de Lewis Carroll y transformándola en una experiencia cinematográfica de horror psicológico. Dirigida por el británico Richard John Taylor, esta nueva adaptación se suma a la creciente tendencia de películas que, al aprovechar obras sin derechos de autor, exploran terrenos inexplorados del género de terror.

La película, estrenada esta semana, se une a la ola de producciones de bajo presupuesto que se aventuran en reinventar obras literarias icónicas que han pasado al dominio público. Siguiendo los pasos de proyectos como Winnie the Pooh: miel y sangre (2023) y su próxima secuela programada para febrero, así como Mickey’s mouse trap, que hará su debut en marzo, Alicia en el país de las pesadi­llas marca un hito al sumergirse en el género de terror con una perspectiva renovada.

La trama sigue a Alicia, quien, tras la trágica pérdida de sus padres, se traslada a Wonderland, la majestuosa residencia de su tía. Sin embargo, lo que inicialmente parece un refugio se convierte rápidamente en un espacio macabro poblado por figuras inquietantes que la arrastran hacia un lugar oscuro donde la realidad se entrelaza con la ficción. La película se sumerge en la psique de Alicia, explorando las profundidades de sus miedos más oscuros y presentando criaturas terroríficas que desafían la lógica convencional.

Alicia en el país de las pesadillas se une a otras reinterpretaciones contemporáneas de cuentos de hadas y clásicos infantiles, como Gretel & Hansel (2020) y Caperucita Roja (2011) de los hermanos Grimm. Esta nueva ola de producciones busca transformar historias conocidas en experiencias visuales perturbadoras, llevando a la audiencia por caminos inesperados y explorando dimensiones más oscuras y complejas.

A pesar de su potencial para destacarse gracias a la estética surrealista y la exploración de lo onírico, Alicia en el país de las pesadillas opta por una narrativa parsimoniosa, extendiéndose por 77 minutos sin recurrir excesivamente a la acción. Este enfoque más contemplativo puede ofrecer una experiencia única a aquellos que buscan sumergirse en la oscura y enigmática reinterpretación de este clásico literario.

La película desafía las expectativas y plantea preguntas sobre el límite entre la realidad y la imaginación, llevando al público a un viaje emocional y psicológico que deja una huella duradera.

Con su lanzamiento, Alicia en el país de las pesadillas se convierte en un faro en la nueva ola de producciones que redefinen los límites del género de terror y despiertan la curiosidad de aquellos que buscan una experiencia cinematográfica que desafíe sus percepciones y los sumerja en la inquietante maravilla de lo desconocido.

Noticias Relacionadas