“Cuando uno atraviesa la barrera del miedo descubre el potencial que tiene”
Así lo precisó en diálogo con diario Hoy la doctora en Bioquímica, Ana Carolina Ronda, científica argentina que se embarcó en el Island Pride, un moderno buque de 100 metros de eslora, para estudiar el impacto ambiental en el fondo del Océano Pacífico.
Una campaña oceanográfica única en el mundo cuenta con la presencia de una científica argentina defensora del medioambiente. La travesía evaluará el impacto ambiental de la minería en fondos marinos, en aguas internacionales del planeta.
Ana Carolina Ronda es doctora en Bioquímica, docente de la Universidad Nacional del Sur, investigadora adjunta del Conicet y también del Instituto Argentino de Oceanografía.
Entre julio y octubre de este año estuvo a bordo del Island Pride, un moderno buque de 100 metros de eslora, realizando un estudio de impacto ambiental en la zona denominada Clarion Clipperton, un área de 4,5 millones de kilómetros cuadrados a la altura del Trópico de Cáncer, ubicado entre México y Hawai.
Su trabajo fue estudiar en el Pacífico Norte nódulos polimetálicos esenciales en la transición al uso de energías renovables. Fue la única argentina de un equipo conformado por especialistas de Estados Unidos, Alemania, Chile, México, Italia, Australia, Inglaterra y Escocia.
“En el 2020 salió una convocatoria por la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos para mujeres científicas que se dedicaban a las ciencias marinas. En esa postulación me seleccionaron para participar en la primera campaña que fue el año pasado durante dos meses, de abril a junio. El plantel se quedó muy conforme con mi participación y este año me volvieron a llamar”, le contó la profesional a diario Hoy.
El objetivo fue estudiar la fauna y flora marinas, las propiedades fisicoquímicas del suelo y los microorganismos. Vale remarcar que se trata de un área de alto interés por tener nódulos polimetálicos muy necesarios para la industria energética sustentable.
Nódulos polimetálicos
“Son unas rocas que están en los fondos marinos, como unas piedritas que pueden medir desde dos centímetros a 20. En promedio miden ocho centímetros. Estas piedritas tienen altas concentraciones de minerales de elementos esenciales para la fabricación de baterías sustentables, que son cobalto, níquel, hierro y manganeso. Estos elementos están en la tierra y su explotación está limitada. Además, cuando se extraen pueden largar tóxicos al ambiente. Se cree que estos minerales que están en estos nódulos polimetálicos son una forma más sana de extraer los minerales. Además una vez que se utilicen se van a poder reciclar continuamente”, dijo .
Existen varias compañías internacionales que tienen la misión de extraer minerales y se apunta a que el impacto ambiental sea el menor posible. Por ello la necesidad de poder conocer y estudiar la zona antes que la mano del hombre se empiece a meter en la minería submarina.
“Lo que se realizó fue pasar un prototipo de maquinaria con la cual se va a extraer esos nódulos polimetálicos. Imaginate como una gran aspiradora de 4.000 a 6.000 metros de profundidad. esta campaña es para ver eso cómo va a afectar a lo que hay la extracción de estos nódulos polimetálicos”, detalló la investigadora.
Desafíos
“Es un orgullo que me hayan convocado, que expertos internacionales reconozcan el trabajo de una latinoamericana”, resaltó la profesional, quien además recalcó el rol de la mujer en las ciencias marinas. A su vez, contó que continuará con la investigación relacionada a la presencia de microplásticos en los ambientes.
Consultada sobre qué significó para ella la travesía, completó: “Abrió nuevos horizontes en mi vida personal, tenía mucho miedo de participar. No me gusta lo que conocemos como zona de confort. Sentía que debía ir. Cuando uno atraviesa la barrera del miedo descubre su potencial”.