Desde La Plata determinaron el origen de una bandera argentina que es reliquia nacional

La bandera fue una de las que los soldados de Manuel Belgrano ocultaron en Ayohuma y que se encuentra en el Museo Histórico Nacional.

En equipo de investigación de La Plata inició la investigación que logró determinar el origen de la histórica “Bandera de Ayohuma”, que los soldados de Manuel Belgrano ocultaron después de dos batallas históricas.

Así, los integrantes del Conicet determinaron que el origen, composición y color del ejemplar que se encuentra en el Museo Histórico Nacional, son similares a los que tiene otra bandera preservada en la Casa de la Libertad, en la ciudad boliviana de Sucre, junto a los restos de Juana Azurduy.

Según informaron desde el Centro de Química Inorgánica que llevó adelante el estudio, solo se diferencian en el orden de las franjas, ya que la que se conserva en la Ciudad de Buenos Aires tiene una franja central blanca, y la tonalidad oscura en sus extremos.

“El trabajo se centró en un jirón del pabellón patrio que fue conseguido gracias al interés del director del Museo Histórico Nacional, Gabriel Di Meglio, y la restauradora Paula Olabarrieta. El fragmento empleado para el análisis es casi imperceptible”, explicó la investigadora Rosana Romano.

En ese plano, la experta sostuvo que sin embargo “ese pequeño tesoro dispone de toda la información que estamos comunicando. Asimismo, los resultados de los estudios espectroscópicos y químicos realizados sobre hebras de la Bandera de Macha fueron esenciales para la comparación con los obtenidos en el presente trabajo”.

“Pudimos determinar que los paños usados para la confección de ambos estandartes tienen la misma naturaleza, que el colorante empleado para colorear la seda original fue el índigo, y, a partir de su composición química, que esa seda ingresó al país por el puerto de Buenos Aires, ya que la tintura no se corresponde con la que podría provenir, por ejemplo, del Alto Perú”, añadió.

Vale destacar que los estudios requirieron la combinación de técnicas y procedimientos complejos, cada uno de los cuales sirvió para integrar fehacientemente los resultados ya que las telas, de más de 200 años de antigüedad, conservan poco de su apariencia original. “Entre las técnicas empleadas, se incluye el uso de nanopartículas de plata que permitió determinar la presencia, en muy baja concentración de azul de metileno, seguramente agregado en algún momento al paño para recuperar su color original”, señalaron.

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