Dormir la siesta puede ayudar a mejorar las funciones cognitivas
Un equipo de investigadores del Centro de Salud Mental de Shanghái destacaron los beneficios del sueño vespertino.
Si bien en la actualidad parece imposible tomarse un tiempo para descansar, dejar de lado la dinámica constante del día a día puede ayudar a mejorar diversos aspectos de la salud y a prevenir enfermedades que afecten al organismo.
En este sentido, investigadores del Centro de Salud Mental de Shanghái y de la Universidad de Shanghái, en China, desarrollaron un procedimiento para examinar en profundidad la relación entre las siestas y la función cognitiva.
De acuerdo a los resultados de la investigación publicados en el British Medical Journal, el sueño vespertino regular puede mejorar aspectos mentales como la orientación, el lenguaje y la memoria.
Para llegar a esta conclusión, el equipo dirigido por Cai Han, especialista en geriatría del Cuarto Hospital Popular de Wuhu, analizó a 2.214 personas sanas de más de 60 años. De ese total, 1.534 aseguraron que toman una siesta regular por la tarde, mientras que 680 no.
Todos los participantes fueron parte de una serie de controles de salud, entre los cuales se destaca el Mini Examen del Estado Mental (MMSE, por sus siglas en inglés), utilizado para detectar demencia.
Según explicaron los investigadores, las puntuaciones de rendimiento cognitivo del MMSE fueron mucho más altas en aquellos que dormían siestas. Además, observaron diferencias significativas en cuanto a la fluidez verbal.
“Este estudio encontró que una siesta adecuada es beneficiosa para el mantenimiento de la función cognitiva, por lo que animamos a los adultos mayores a tomar una siesta diaria”, aseguró Han.
En tanto, los especialistas detectaron que las siestas de cinco minutos son demasiado breves para alcanzar un sueño lo suficientemente intenso como para producir un beneficio notable, mientras que dormir durante 30 minutos o más brinda el tiempo necesario para entrar en un descanso profundo.
Por su parte, el doctor David Neubauer, profesor asociado en el departamento de psiquiatría y ciencias del comportamiento de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, explicó que los comportamientos del sueño pueden verse afectados por factores como la rutina diaria, el uso de medicamentos, el entorno y el estilo de vida.
En este sentido, Neubauer recomendó dormir una “siesta energética” de hasta 20 minutos para disminuir las posibilidades de pasar al sueño de ondas lentas, lo que lleva a despertarse con una sensación de cansancio y desorientación.
Además, aconsejó dormir lo más temprano posible durante la tarde, para reducir el impacto sobre el sueño nocturno.