El árbol devorador de hombres

Desde los tiempos más remotos, aparece el árbol unido al culto de los dioses. Así, por ejemplo, limitándonos a los grecoromanos, el pino está consagrado a Neptuno; el mirto, a la diosa Venus; el laurel y la palmera, a Apolo, nacido según la fantasía debajo de una de ellas; el álamo, a Hércules y el olivo, a Minerva.

La planta más extraordinaria del mundo es el árbol comedor de hombres en Madagascar. No hay razón científica para dudar de que exista esa planta. Decenas de famosos exploradores dieron descripciones auténticas de ese árbol. Incluso Charles Darwin escribió sobre esa clase de plantas, pero las especies por él estudiadas eran pequeñas y no resultaban mortales, sino para los insectos y los animales pequeños, como la conocida Venus atrapamoscas. Los viajeros que han visto el árbol devorador de hombres coinciden en que se trata de una enorme planta de piña, de hojas cóncavas y de dos metros y medio a casi cuatro tachonadas de espinas que semejan garras. Estas hojas se cierran sobre el animal o el hombre que llegue a su alcance y permanecen así cerradas durante tres días, hasta que el árbol haya digerido a su presa.