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El telescopio James Webb descubrió su primer planeta extrasolar

Clasificado formalmente como LHS 475 b, es rocoso y tiene casi el mismo tamaño que la Tierra. Aún no se sabe si tiene atmósfera.

El James Webb, el mejor y más sofisticado telescopio espacial de todos los tiempos, ha confirmado el descubrimiento de su primer exoplaneta. Es decir, el primer mundo observado más allá de los confines del Sistema Solar. Clasificado formalmente como LHS 475 b, es rocoso y tiene casi el mismo tamaño que la Tierra. “No hay duda de que el planeta está ahí”, dijo Jacob Lustig-Yaeger, del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins en Laurel, Maryland (Estados Unidos). “Los datos prístinos del Webb lo validan”, agregó.

Después de revisar cuidadosamente los datos del satélite TESS de la NASA, que insinuaban su existencia, el equipo eligió observar este objetivo a 41 años luz de la Tierra. El Espectrógrafo de Infrarrojo ­Cercano de Webb (NIRSpec) capturó el planeta “fácil y claramente” con solo dos observaciones de tránsito. Una fue el paso del planeta por delante de su estrella, que provoca un pequeño “eclipse”. Los investigadores confirmaron que LHS 475 b completa una órbita en solo dos días. Asimismo, aunque está más cerca de su estrella (una enana roja) que cualquier otro mundo del Sistema Solar, esta tiene menos de la mitad de la temperatura del Sol, por lo que cabe la posibilidad de que el planeta tenga una atmósfera.

Entre todos los telescopios operativos, solo el Webb es capaz de caracterizar las atmósferas de exoplanetas del tamaño de la Tierra. Sin embargo, el equipo aún no ha podido confirmar si LHS 475 b tiene una. Si realmente existe, descartan algunos tipos, como una espesa capa dominada por metano, similar a la de la luna Titán de Saturno. Pero sí podría encontrarse una atmósfera de dióxido de carbono puro. Webb también reveló que el planeta es unos cientos de grados más cálido que la Tierra, por lo que si se detectan nubes, los especialistas podrían concluir que el planeta se parece más a Venus, que tiene una atmósfera de dióxido de carbono y está perpetuamente envuelto en una espesa nube.

“Estos primeros resultados abren la puerta a muchas posibilidades futuras para estudiar atmósferas de planetas rocosos con Webb”, dijo Mark Clampin, director de la División de Astrofísica en la sede de la NASA en Washington. “Por ese motivo, Webb nos acerca cada vez más a una nueva comprensión de los mundos similares a la Tierra fuera del Sistema Solar, y la misión apenas ha comenzado. Este es solo el primero de los muchos descubrimientos que hará. Con este telescopio, los exoplanetas rocosos son la nueva frontera”, finalizó.

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