El turismo espacial y sus consecuencias ambientales

Los medios de todo el planeta se hacen eco de esta nueva versión de la carrera espacial. Durante los últimos meses, los multimillonarios Jeff Bezos y Richard Branson llevaron la exploración planetaria hacia una zona lindante con el turismo y la competencia privada. Así, la Blue Origin de Bezos previó lanzar su vuelo inaugural este 20 de julio y la Virgin Galactic de Branson programó su propio vuelo como respuesta, para el día 11. El impacto ambiental y ecológico de esta actividad, restringida a los más poderosos, se ha convertido en materia de debate a escala internacional.

En primer lugar, señalan algunos especialistas, alcanzar el espacio es muy costoso energéticamente. No solo la energía no sobra, sino que los combustibles fósiles están en la raíz del cambio climático. En ese sentido, estos viajes espaciales significan grandes emisiones de dióxido de carbono asociadas a una actividad, que se presupone democrática pero se encuentra limitada a una exclusiva minoría.

“Aunque el impacto ambiental de los lanzamientos espaciales no ha sido suficientemente estudiado, se sabe que va más allá de las emisiones de carbono”, dice Jorge Hernández Bernal, investigador en el Grupo de Ciencias Planetarias de la UPV/EHU. “La liberación de gases en capas altas de la atmósfera durante los lanzamientos espaciales tiene efectos negativos sobre la capa de ozono. Un gas frecuentemente emitido en los lanzamientos y aparentemente inocuo como el vapor de agua contribuye al efecto invernadero”.

Por otra parte, la utilización de combustibles líquidos en lugar de sólidos y el carácter suborbital de los vuelos significan una huella menor de contaminación. Asimismo, según los números oficiales, en la actualidad se lanzan unos 100 cohetes al año. Su huella del carbono sigue siendo menor que la de los 100.000 aviones que vuelan cada día en el mundo, pero el sector espacial ha demostrado estar experimentando un fuerte crecimiento. De acuerdo a esa proyección, su impacto ambiental podría llegar a ser muy relevante en el futuro próximo.