Memoria y futuro
En un encuentro, destacaron la lucha por el retorno del tren de La Plata a Pipinas
Se llevó a cabo una reunión virtual con referentes de otros trenes. Vecinos que pelean hace años por la reactivación de este ramal vislumbran una luz de esperanza para alcanzar el objetivo.
Lleva 21 años de reclamos incansables la lucha de los vecinos de La Plata, Magdalena y Punta Indio por la reactivación del ramal de tren que funcionaría comunicando nuestra ciudad con Pipinas.
En el marco de una jornada de encuentro. en la que estuvo presente diario Hoy, desde la organización vecinal hicieron un repaso de los años de lucha y vislumbraron una luz de esperanza para alcanzar ese objetivo. Fue celebrada por referentes de otras organizaciones del mismo tipo de toda la Provincia y el país.
Con este contexto, el referente de Bartolomé Bavio y uno de los históricos integrantes del grupo vecinal, Roberto Zungri, recordó que gracias a la actitud del pueblo se logró convocar a medios de prensa; esto permitió frenar el saqueo de las estaciones y comenzar con el reclamo por el ramal.
“Tuvimos mucha fuerza y al haber hecho un convenio con los municipios podíamos garantizar que la comunidad vuelva a la estación; empezamos reconquistando el lugar, juntarnos a limpiar la estación y dar la imagen de que era posible. Luego pudimos llevar a cabo la limpieza de vías desde Correas a Vieytes, todo en el transcurso de años y con esfuerzo”, relató Zungri.
Con esperanza señaló: “Ahora volvemos a escuchar que se habla de la apertura de ramales y nosotros queremos garantizar la territorialidad y el desarrollo, porque la suspensión de este ramal fue en la Dictadura. Tenemos que volver a mirar a los pueblos rurales como potencialidades para el desarrollo de la economía y de las personas”.
Ahora resta hacer un relevamiento exhaustivo del ramal, que tiene 120 kilómetros y en algunos puntos volvió a ser tapado por los pastizales; en otro fue saqueado y hasta hay un grupo de personas viviendo sobre las vías, por lo que se están organizando para poner zorras.
“Hay un aspecto que siempre plantean que es el de la rentabilidad económica, pero el tren da rentabilidad social: se cuantifica en calidad de vida. No es lo mismo vivir en el campo y querer estudiar a 50 kilómetros, que vivir en la ciudad e ir caminando a la universidad. Esto trae consecuencias muy tristes para el país cuando la gente debe dejar su territorio, se produce un desbalance. Tenemos que encontrarle la vuelta para que de una vez se tome la decisión política, el tren es un servicio que mejora la calidad de vida”, concluyó Zungri.