cultura

Entrevista a Verónica Caballero

Hoy se presentará en La Plata, por última vez en el año, Ellxs, una obra en la que los afectos están atravesados por el sida. Diario Hoy conversó con su autora.

Este sábado, a las 21, en Teatro Abierto, ubicado en la calle 63 entre 3 y 4, subirá a escena por última vez en 2023 Ellxs, una obra que visibiliza al mundo gay platense de la década del 90 y la discriminación y estigmatización sufrida.

La obra recibió una beca Creación otorgada por el Fondo Nacional de las Artes. Conversamos con la autora y directora de la obra, Verónica Caballero.

—¿Cómo nació el proyecto?

—Soy parte de la Compañía Teatral Ambulantes, un grupo de teatro de autogestión platense con el que trabajamos juntos desde hace más de 12 años y producimos varias obras. Ellxs es nuestra quinta producción.

En 2019 estábamos buscando nuevo material y yo tenía dando vueltas en la cabeza desde hacía bastante tiempo la idea de trabajar una ficción sobre el tema del HIV en los 90 y la realidad del colectivo LGBT en ese momento histórico, pero me dada un poco de miedo hablar de un tema tan controvertido. Además, lo quería contar desde la perspectiva de aquellos años y no sabía si se iba a entender.

La escritura del proyecto nació en pandemia. En pleno aislamiento, me anoté en un taller de dramaturgia online dictado por Mariana Ozafrain y, a partir de los ejercicios, fui armando las escenas. Cuando se levantó el aislamiento armamos el elenco y comenzamos los ensayos.

—¿En qué contexto está ubicada Ellxs?

—Ellxs transcurre en La Plata, entre finales de los 80 y principios de los 90, cuando recibir un diagnóstico de HIV te enfrentaba a un abismo. No se sabían las causas y se estaban probando los primeros tratamientos. Te enfrentabas a una condena social, no se nombraba y hasta se mentía el diagnóstico para el afuera. Tampoco estaba clara la forma de contagio y era muy ­estigmatizante.

En ese contexto, se cuenta la historia de tres amigos, dos de ellos son pareja, que conviven con esa realidad. Es una historia de amor, de resistencia. A pesar de lo terrible de la situación en que se encuentran los personajes, la obra tiene momentos de humor y otros condimentos que nos distancian del drama.

—¿Cuáles fueron los mayores ­desafíos que planteó la puesta en escena?

—El mayor desafío fue no caer en estereotipos, que los personajes tuvieran alma y que se retrate la época lo más fielmente posible a través de las acciones de los personajes y, sobre todo, del vocabulario del colectivo que era bastante ­específico.

—¿Nuestra ciudad tiene alguna particularidad en lo que hace al trato de la diversidad sexual?

—Creo que, como todo, se fue acomodando con las épocas. Yo viví mi adolescencia en la Escuela de Teatro, que siempre tuvo un ambiente muy inclusivo, pero recuerdo que había boliches gays y que el tema del sida era muy tabú. También que para andar de la mano por la calle había que irse a Buenos Aires, que te paraba la Policía y que las parejas se nombraban como “el amigo de...”, entre otras cosas que hoy ya no suceden.

—¿Pensás que el respeto a los deseos sexuales de cada quien ya es una conquista definitivamente lograda o depende de los vaivenes de la política?

—Quiero creer que sí, hay un cambio de mentalidad en la gente, sobre todo en los jóvenes que viven con absoluta libertad sus diversidades. Los derechos adquiridos no se ­negocian. Confío plenamente en que, en el caso de un intento de retroceso, van a ser defendidos con la misma fuerza con la que fueron conquistados.

—¿Cuál es la mayor satisfacción que te ha dado esta obra?

—En lo personal, estoy muy conforme con el resultado de la dramaturgia y la puesta.

Soy actriz y sentía una tremenda responsabilidad al hacerme cargo de la dirección. Al principio me parecía un desafío imposible, pero, a pesar de eso, siempre sentí que tenía que hacerlo yo.

Paso a paso, como grupo, transitando los ensayos, fuimos superando todos los obstáculos que se nos presentaron, que fueron muchos y de toda índole, como corresponde a la realidad del teatro independiente y autogestionado, pero, a pesar de todo, nunca ­dejamos de ensayar y de remar el proyecto.

El grupo fue el sostén fundamental de Ellxs y siempre les voy a agradecer a los actores la confianza y la garra con que lo defendieron.

Con respecto al afuera, me da mucha satisfacción ver que poner este tema sobre la mesa genera mucha curiosidad y que todos tienen algo para decir que en su momento callaron u ocultaron por miedo a los prejuicios. También me hace muy feliz la empatía que generan los personajes en el público.

Otra cosa que me enorgullece de este trabajo es haber logrado una beca Creación 2023 del Fondo Nacional de las Artes para Desarrollo de Proyecto, que nos dio el empujoncito económico que necesitábamos para poder estrenar. Ahora tenemos un largo camino por recorrer.

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