Exigen más controles y limpieza a la administración del Hipódromo por el dengue

Vecinos del hospital Gutiérrez, dentro del barrio Hipódromo, manifestaron estar muy preocupados por el avance del dengue, de manera simultánea a la falta de mantenimiento y limpieza que tienen algunas calles del lugar.

Las personas que viven en esta zona de La Plata conocen de memoria los movimientos de algunos empleados o vareadores dentro del predio en donde se corren las carreras, en donde para mantener la limpieza de los equinos muchas veces se utiliza agua con mangueras que luego se termina acumulando en los cordones de las calles 41 y 42 desde 117 hasta 119. Es aquí en donde los mosquitos no les dan respiro a las personas, que encima reconocen la falta de repelentes en las góndolas para combatir el brote.

En esta zona de La Plata el año arrancó con una epidemia de encefalitis equina que también se contagiaba por la picadura de mosquitos y se llevó a cobrar vidas humanas en algunas provincias.

Es evidente que las picaduras producto de los insectos que se fueron acumulando en la medida que fue lloviendo durante varios días a lo largo de la segunda quincena de marzo se han convertido en una verdadera y letal amenaza para las personas que viven principalmente en la región.

Siempre las calles paralelas al Hipódromo platense han acumulado humedad, en ocasiones pastos altos y también excremento de los animales que a diario salen a pasear por las calles de este barrio antes de los días de competencia.

Desde la administración a cargo de Mariano Cowen admitieron que se está tratando de cuidar de la mejor manera posible a los empleados que trabajan en el Hipódromo, pero que poco se puede realizar con actividades colaterales a la turística, como la que desempeñan los vareadores paseando a los caballos en la vía pública.

También en el barrio del Estadio Único

Lorena, otra vecina de La Plata que vive en el barrio del Estadio Único en el límite con La Cumbre, denunció la presencia de enormes nubes de mosquitos en las inmediaciones de la plaza que está en 32 y 29. Allí también permanece el agua acumulada desde hace varios días en el cruce de las dos calles y esto provocó que los mosquitos terminaran espantando a niños y jóvenes que antes se acercaban a realizar tareas físicas o recreativas.